Cuando en los cincuentas-sesentas del siglo pasado el movimiento revolucionario del magisterio, encabezado por el profesor guerrerense Othón Salazar, luchó por emancipar al magisterio de la sección novena en el DF, enarbolaba como objetivos:
0.1. Creación de un democrático escalafón donde fuese premiado el estudioso, el leal profesor sumido en la sierra o el remontado en la montaña, el gestor social-educativo y el aportador de innovaciones pedagógicas.
0.2. Acceso del magisterio universal a las direcciones y supervisiones por escalafón y también por exámenes de oposición públicos, universales y abiertos.
0.3. Vías de participación para que el docente de banquillo fuese consultado nacionalmente, para crear y desarrollar el proceso educativo.
0.4. Mediante órganos de información vincular la plataforma educativa con los cuerpos de planeación científica y tecnológica.
0.5. Ídem con los comités de padres de familia.
0.6. Remuneraciones justas y dignas de acuerdo con la responsabilidad docente implicando los rendimientos.
0.7. Puerta abierta en todas y cada una de las áreas de la SEP, para obtener en concurso público universal y abierto las becarias de corte internacional. 
Hoy, en 2013, un agrupamiento de profesores de base lucha en Puebla contra una Reforma Educativa. Es deseable que sus acciones tiendan al contenido de la definición educativa del educador Francisco Larroyo de “que educación es la transmisión o entrega de una generación saliente a otra entrante, de todos y cada uno de sus conocimientos generados, experiencias, habilidades y destrezas, y que era sumamente importante (que en esta entrega saliente-entrante), el concepto axiológico fuese tan puro como sea posible”. 
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación debería participar abiertamente a favor de la reforma emplazando a los inconformes en un debate:
1. ¿Con qué no están de acuerdo los disidentes poblanos?
2. ¿En qué tramo del camino reformador pueden caminar junto a sus gobiernos?
3. ¿Qué los separa de las medidas administrativas?
4. ¿Qué proponen para mejorar a decenas de miles de educandos multirreprobados por no saber usar un diccionario, no leer apropiadamente e ignorar el mecanismo de las sumas, las restas y las multiplicaciones, y aún más: ignorar su historia patria y las ciencias naturales?
 
Nuestra casa
Lágrimas y llanto permanente en todos y cada uno de los poblanos que saben un poco de desarrollo social al ver el arquitecticidio e ingeniericidio cometidos en casi todos los 64 municipios serranos. Caminar antes entre empedrados y techos de dos aguas, gozar visualmente de la ausencia de anuncios en puertas y ventanas, era abstraerse de la visión normal. Hoy son ciudades minúsculas parecidas a Pantitlán o a Chalco. Las sociedades municipales tienen derecho a vivir según su rango cultural, sus medios informativos y sus gobiernos.