1. La ciudadanía se alcanza mediante el cumplimiento de cierta edad. Esa distinción nos pone en aptitud de ejercer actos de relación: legal, política, religiosa, militar y económica. Solamente los tribunales mediante juicio pueden cancelar o mutilar algunos de éstos actos.
2. La vecindad se obtiene por el simple hecho de pertenecer a una comunidad. Como vecino de un fraccionamiento de lujo, está obligado incluso a diseñar el exterior de su propiedad, como el vecindario lo haya determinado en su fundación. La solidaridad que usted ejerza estará sujeta a la educación absorbida en su medio ambiente familiar, educativo y religioso.
2.1. Si vive en un área de clase media ilustrada, su pertenencia a la asociación vecinal, el respeto a la normatividad general obtenida democráticamente en asambleas y el apoyo a su comunidad son cosas obligadas.
2.2. Si su vecindario es una colonia en formación, su asistencia a los mítines, reuniones vecinales, discusiones con los funcionarios otorgantes de servicios públicos, así como las faenas manuales, le serán tareas obligadas.
En los países desarrollados el vecindario participa en actos de caridad y solidaridad, incluso de corte internacional.
3. La participación ciudadana es una herramienta mexicana cuyo ejercicio se encuentra hasta ahora (2014) sujeta a la “generosa actitud de los tres tipos de gobierno”: Federal, estatal y municipal, y solamente la consigna constitucionalmente para colaborar con los ayuntamientos, los cuales deben expedir la Ley de Participación Ciudadana y Vecinal.
4. La participación vecinal realízase en razón directa de cuan concientizada se encuentre la comunidad.
4.1. Se logra: Informando, comunicando, politizando, ideologizando, y al final del túnel encontraremos la concientización. Con esta dotación mental, una comunidad puede transformar su mundo y los mundos vecinos; disminuida servirá únicamente para estirar la mano y esperar una limosna misérrima disfrazada dizque de apoyo social.
Puebla, México, necesita más que nunca a las dos participaciones. A la vecinal, para crear ingeniería de organización social que nos permita, si no avanzar en el desarrollo, vistas las circunstancias, cuando menos estimularnos con tareas concretas de corte ecológico:
a) Clasificación de la basura para obtener productos a reciclar y darle un poco de ingresos a los ultra-marginados de cualquier colonia.
b) Poner un foco frente a nuestra casa para disuadir a la delincuencia primaria y ocasional.
c) Limpiar nuestras azoteas para darle dignidad a nuestros inmuebles.
d) Idealmente, integrarnos en dos faenas urgentes: 1. La iniciación a la cultura de la agricultura urbana, o de azotea. 2. Y la creación de cuerpos de apoyo ciudadano para casos imprevistos de desastre o de actos de delincuentes de tercer rango.
Si estas acciones las ligáramos con los valores inculcados de iglesias, avanzaríamos considerablemente. En cuanto a la participación social, nos sirve como pegamento para no despegarnos de lo ya ganado en organización.
5. Deseable es para todo el vecindario angelopolitano que el nuevo ayuntamiento, que durará cinco años aproximadamente, impulse el nacimiento de la creatividad poblana ahora inexistente, permitiendo que la inteligencia social se incorpore a sus planes de gobierno.
Nuestra casa nacional
Mientras exista 63% de mexicanos en pobreza, y de ellos 23% en la miseria, llamada amablemente indigencia; mientras más de 800 municipios se encuentran en manos del tercer rango delincuencial que es el narcotráfico, mientras manifestaciones y más manifestaciones en toda nuestra patria acontecen, nuestra televisión de canales gratuitos nos regala, durante 24 horas, las fiestas de rosca de reyes. Por cierto, he sido invitado y acudiré, como todos, a cinco de ellas.