1.- Hace mil años reúnese el gobernador de Puebla Piña Olaya con Beatriz Paredes, de Tlaxcala, y firman un acuerdo para volver a su naturaleza original al río Zahuapan-Atoyac, que en esos días es un vertedero de excrementos con millones de cientos de miles de personas de ambas nacionalidades que envían sus aguas negras domésticas al cauce del río sin limitación alguna.
2. Ahí también en el Zahuapan-Atoyac se descargan miles de contaminantes líquidos, semilíquidos e incluso sólidos del corredor industrial de Tlaxcala, enriquecido con los poblanos generados por pequeños talleres familiares de todo tipo industrial, incluyendo también a los de la micro, pequeña y mediana empresa.
2.1. Alegan en su defensa todos los negocios contaminadores que los altos costos de maquinaria para impedir la contaminación de aire, tierra y agua están fuera de sus costos de producción. Este alegato más la corrupción de las delegaciones federales encargadas de la defensa de la naturaleza, acompañadas de la inexistencia de una legislación municipal especializada dotada de fuertes medidas sancionadoras, persiste hasta la fecha, permitiendo que miles de hectáreas para siembras se encuentren totalmente infectadas superficial y subterráneamente.
3. Los tres años que faltan para que terminen los sexenios del gobierno poblano y del tlaxcalteca, son suficientes —si ambas sociedades estatales lo reclamaran— para:
3.1. Rediseñar jurídicamente los convenios existentes entre ambas provincias.
3.2. Económicamente, estirar hasta el máximo permitido el Ramo 33 para estos fines e incluir en el programa de saneamiento lo presupuestado en las leyes de egresos, usando también las aportaciones municipales.
3.3. Organizar socialmente la intervención de las ONG nacionales e internacionales para usufructuar sus recursos humanos calificados.
¿Verán nuestros ojos, en forma pronta, un río de aguas transparentes que debidamente conducido nos arroje kilómetros lineales, curvos o rectos, donde en sus riveras se planten árboles, arbustos y pastos para que los niños y ancianos lo gocen?
Nuestra casa
La calidad de los guisos criollos no está sujeta a discusión. Lo está la Secretaría de Salud poblana, incompetente e incapaz hasta ahora para que las guisanderas aprendan los nuevos modos de usar la sal ante la diabetes, la obesidad y la hipertensión.
Tomás Kasuski Beiztegui afamaba a las fonderas parisinas, pues en su modesta mesa estaban invariablemente en sus recipientes las hierbas de olor mexicanas, la sal no estaba en la mesa.