1. Repetiré: doña Martha Sahagún de Bibriesca entra a trabajar con el microexportador de legumbres y frutos del Bajío de nombre Vicente Fox Quesada. Licenciado en Administración de Empresas, que llegó a ser gerente local de una empresa refresquera, como hay miles en México, lo que le permitió a sus cómplices mediáticos(1), cuando fue necesario, mentir, diciendo que había tenido altos encargos gerenciales.
1.1. Su puesto: rendir como lo hizo 18 horas diarias tejiendo finamente un bordado donde todos los medios de prensa de Guanajuato cubrieran a su gobernador de luces, destellos y rayos solares durante 24 horas diarias, sin excusa ni pretexto, so pena de privarlos de publicidad gubernamental.
1.2. Y mientras los mass media pueblerinos cumplían su tarea, don Vicente iba y venia por todo México mostrando en charlas con miembros de su partido, reuniones de hombres de negocios medianos o chicos, conferencias doctas en centros de educación superior, o como visitante en ferias, exposiciones u homenajes al chile o al ajo con aguacates.
1.3. Alternaba todo lo citado con viajes permanentes a los EU, para preparar bolsas de dólares necesarias para su campaña presidencial, como se probó inoportunamente cuando ya ejercía el poder presidencial.
2. La señora, con una inteligencia nada común anudada a su sagacidad, traza en forma gerencial de alta productividad (alta eficacia, con alta eficiencia) una serie de actos dedicados a exhibir al licenciado Fox Quesada en todo el país como un nuevo modelo de político capaz de resolver los graves para ya esos mexicanos días problemas de un país atrasado.
3. Asuma, si lo desea el lector, su ciudadanía opinando sotto voce la calificación para el presidente Fox. Pero entérese, si no lo sabía, que por un poquito doña Martha hubiese sido candidata a la Presidencia de la República por el PAN, hubiese pasado lo que hubiese sido necesario que pasara entre ese partido de gran prosapia, ahora casi extinguido por la cesión de sus caracteres a los triunfos electorales.
De ellos podemos aprender todos los mexicanos:
“Cuando se pierden los valores, entre ellos la moral, ganan los hombres pero desaparecen las instituciones”.
El PRI, ahora retornado al Gobierno Federal, debe tomar enseñanzas de ellos para todo.
Si perdemos otros 5 millones de ciudadanos bajo nuestra responsabilidad gubernamental, como aconteció en 2013 en las elecciones, nos estamos encaminando a otra derrota añadida a las otras dos.
Y con ellas ganaremos como pueblo sumido en una “Democracia Electoral”, presidentes de la República, gobernadores y alcaldes corruptos, derrochadores, incompetentes y necios, salvo su opinión.
(1) Decía Mario Vargas Saldaña: “César, al amigo se le manda a la chingada cuando se quiere, o te mandan. Al cómplice se le paga”.