Las detenciones de opositores al gasoducto Morelos no son un capítulo cerrado para el morenovallismo; es más, el caso sigue vivo en el ámbito nacional. De nada sirvió maquillar ante el titular de la CFE las detenciones arbitrarias en contra de Enedina Rosas Vélez, Abraham Cordero y Juan Carlos Flores Solís.
Ayer los diputados de Movimiento Ciudadano Ricardo Monreal y Alfonso Durazo presentaron un punto de acuerdo en donde solicitan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que atraiga el caso e investigue si hubo o no irregularidades en las detenciones.
Incluso, solicitan a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos su opinión sobre las detenciones de Rosa Vélez, Flores Solís y Cordero Calderón. Los legisladores acusan que hubo violación a sus derechos fundamentales.
Además, requieren la intervención de la Secretaría de Gobernación para que revise el carácter de preso político de los detenidos.
Las voces de Monreal y Durazo se suman a la de la diputada perredista Roxana Luna, quien el pasado 8 de abril presentó un punto de acuerdo en San Lázaro para denunciar la persecución del gobierno de Puebla en contra de activistas sociales.
Las autoridades se confiaron y pensaron que con la reunión del viernes pasado con legisladores y con el titular de la CFE el tema estaría zanjando; sin embargo, la realidad es otra. Ahora tienen varios frentes abiertos.
Lejos de solucionar el problema, éste crece como bola de nieve y amenaza con golpear el proyecto político del Moreno Valle.
Y si no, al tiempo.
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Me permito retomar algunos tuits.
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