1. La universitas no es más que la suma de todos y cada uno de los centros de educación superior, de institutos expresamente investigatorios de ciencias exactas o de humanidades, incluyendo actualmente en rama aparte, pero en el mismo árbol, a los centros tecnológicos.
2. Bajo esta idea, la función de la universitas “es generar el pensamiento” (la inteligencia), “reproducirlo en sus aulas” y “difundirlo en la sociedad”.
2.1. De ahí que cualquier institución de educación superior que se avoque a estas humanistas tareas en forma metodizada, debidamente estrategizada hacia objetivos democráticos de bienestar social (Carlos Montemayor), será reconocida como universidad.
3. Como en el régimen capitalista (y más ahora en 2014) priva la ganancia del capital invertido, la clasificación de Universidad pública es aplicable para diferenciarla de las universidades privadas, las cuales necesitan recuperar su inversión, hacer viable su esquema organizativo y también producir ganancias para los propietarios, sin desvirtuar sus fines pedagógicos.
4. La forma aldeana, “rancheril” o parroquial (en todo el mundo, en todas las razas), pretende muchas veces desvirtuar lo creativo permanentemente de la educación pública, atribuyendo corruptelas, incompetencias profesionales, devastamiento de lo académico, improvisación en la planificación o “manierismo” docente de sus rectores.
5. En el pasado cercano, el rectorado de Vélez Pliego impulsó dos ideas que al paso evolutivo de la sociedad local se han consolidado:
a) Recuperar el respeto social hacia la UAP, traducido hoy por hoy en una inmensa demanda para entrar a sus diversas aulas, superando cualquier oferta gracias a su calidad educativa.
b) Promover, bajo dinámicas conjuntas entre gobiernos y universidad pública, la creación de máximo urbanismo que es la Ciudad-Inteligencia-Conocimiento.
6. Dóger Marún consolidó bajo disensos mayoritarios acciones predeterminadas por su antecesor, logrando nuestra alma mater elevar a la exigencia del gobierno federal sus dones pedagógicos.
7. Bajo Dóger Corte se especializaron las obligaciones de rango pedagógico en diversas carreras, programas y proyectos.
8. Con Agüera Ibáñez la universidad pública estatal alcanzó inversiones inimaginables en infraestructura inmobiiaria, científica-tecnológica, creación de imagen institucional y relaciones internacionales.
9. El actual rector, autorealizado protocolariamente en diversos encargos institucionales del menor al mayor, continua impulsando todas y cada una de las ideas base de una educación democrática que privilegia la esencia del saber sobre la improvisación. De él se afirma que tiene magníficas relaciones con el señor gobernador del estado. Esta opinión intenta desvirtuar la obligación de los Estados contemporáneos de procurarse tanques de inteligencia para resolver las grandes cuestiones sociales.
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