1. Federico Nietzsche, uno de los filósofos pre-arios del germanismo (al decir de los que salen de este), acuñó una frase que sigue perforando los oídos de los seres humanos a través de la edad contemporánea: “¿Qué tanta dosis de verdad aguanta un hombre?”. Ante el talento de los lectores, les ofendo precisando que se refería “al hombre como especie: Varón y Varona". No al tipo de género.
2. Disculpándome de que saque la anécdota, Mario Vargas Saldaña, referente obligado del ejercicio del poder, incluyendo el presidencialismo, por conocer a uno que otro de ellos, acotó “que a nadie de los seres humanos les gusta que le digan y menos frente a frente la verdad, pues los ofende”.
3. Amparado con ambos personajes afirmo que el ejercicio de la gobernación de nuestro estado deja mucho que desear al contemplar el rompimiento de la gobernabilidad.
La gobernación no es más que procurar que las relaciones humanas, al igual que el ejercicio de la autoridad, no “salgan de madre”, “no rompen el dique que los contiene”, pues este dique en un Estado de Derecho —apenas naciente— que es sumamente frágil ante la fuerza inusitada de la voluntad de los pueblos, sobre todo de los sumergidos en la orfandad productiva de sus campos, sin ningún horizonte promisorio de mejora inmediata.
4. Agravando la crisis, encontramos dos obstáculos más para alcanzar un re-encuentro entre la sociedad afectada e insumisa con sus autoridades:
a) Un Poder Legislativo donde cada diputado expresa, actúa y vota según sus intereses sociales, dejando de lado los graves cuestionamientos que obligadamente debe resolver en forma inmediata, dentro del edificio pretendidamente morisco y sin ensuciarse la suela de sus urbanos zapatos.
b) Ausencia notable de comunicación entre gobernantes y gobernados, por exceso de información. Ésta no es más que dar a conocer datos, hechos y cifras, unilateralmente, sin esperar respuesta alguna de los pretendidamente agentes o lectores.
5. Mucho ayudaría el Congreso estatal a preservar la paz social poblana, si deseara hacerlo.
Para ello, bastaría revisar las leyes que afectan hoy o mañana a diversos estamentos de la “poblanidad” y derogarlas o abrogarlas con la publicidad pública, universal y abierta que la contingencia demanda.
6. En cuanto a la incomunicación reinante, aun admitiendo que es un mal de países atrasados, donde los funcionarios usan a los mass media con la fresca social media para proyectarse hacia más altos encargos, satisfaciendo las demandas $$$$ “complicitarias” con pago de publicidad.
Quédale abierta la posibilidad a quien lo deseé de crear vasos de comunicación directos sin intermediarios, acudiendo republicanamente a los ágoras pueblerinos o urbanos, dando a conocer-conociendo la obligada vinculación entre el pensar popular con el ejercicio administrativo.
A final de cuentas, lo popular es lo del pueblo; a este pertenecen lo mismo don Carlos Slim que la familia Harp Helú, que los Gorostieta y Rincón Gallardo, que usted o yo o aquel.
Nuestra casa
La Magia de Pensar en Grande, de Schuartz, es un libro usado como texto en un centro de educación superior poblano. Su contenido es superior a cualquier fábrica de pensamiento.