1. La reformita ganada por el PRD y el PAN “por razones superiores de Estado”, sigue premiando a la traición, la deslealtad, la infidelidad y la deserción partidaria.
2. En un país como México donde prima la gandallez tomada del brazo de la ausencia total de contenidos ideológicos, y besándose ambos vicios con la corrupción nacional, debió haberse prohibido el saltinbanquismo, donde los políticos profesionales de todos olores, colores y sabores, saltan de un partido a otro para alcanzar candidaturas negadas en su formación de origen.
3. Si en países más desarrollados democráticamente que nosotros los desertores son obligados a tener hasta 15 años de militancia para poder ser candidato de elección popular en su nueva formación, aquí los premiamos y el priista de 20 años de militancia se pasa al PAN con dos meses anticipados a la elección, o al PRD, si éste lo acoge con iguales fines.
3.1. El único requisito es que cuenten con los recursos suficientes para pagar su campaña, que gracias a nuestra forma de ser la hemos convertido en un palenque con programas de buenas intenciones
4. Una forma de impedir estos desastrosos ejemplos partidarios es haber consignado legalmente la obligación de todas y cada una de las formaciones partidarias, de aplicar esquemas de comportamiento que permitieran evaluar la fidelidad, el activismo, acompañando ambas cualidades a la fama pública bien lograda para crear administradores casi perfectos, a los que tenemos derecho como cualquier sociedad humana que privilegie el desarrollo social.
5. Como los únicos cuerpos mayormente vinculados al quehacer social fueron incapaces de pronunciarse a favor de una auténtica reforma, se hizo lo que se pudo bajo la máxima filosófica actual en Alemania. “Las cosa son como son y no como debieran ser”.
5.1. Sí los sindicatos a la luz de las teorías políticas son los agrupamientos que representan los intereses de los vendedores de fuerza de trabajo y su organización en México es altamente privilegiada en la sociedad, lo que los faculta y obliga en todo momento para asumir responsabilidades mayores que defender con paros y huelgas a conductas lideriles o bien a servir como franquicias electorales como es el triste caso de los miembros del SNTE que incluso tienen su propio partido político.
5.2. La Iglesia mayoritaria en México es la judeo-occidental-cristiana-católica-apostólica y romana, por ello sin difamarla como motor fundamentalista también debió haber externado sus doctas opiniones sobre la demanda de derecha e izquierda.
Usted, yo, todos, los que deseamos la felicidad nacional, marchamos des-unidos diariamente haciendo nuestras comunes tareas sin estar amparados hasta ahora bajo un Innovador Proyecto Nacional de Nación, donde masivamente externemos nuestras opiniones para vivir mejor. Sigamos asumiendo personalmente, la frase inmortal de Octavio Paz: “Los mexicanos todos estamos en desacuerdo; pero estamos de acuerdo en estar así”.
Deseable que algún día crezcamos como ciudadanos.
Salvo su opinión.
Nuestra casa
La oferta gubernamental para ver y oír cantos de artistas renombrados y de gorrión es aceptable. A final de cuentas la lana que se gaste es nuestra lana.