El reloj marcaba las 10:30 de la mañana de este jueves y en un punto lejano del estado la expresión sonó espontánea de un hombre adulto a su interlocutor con el dejo de la grilla palaciega de quien observa y comparte en las mesas de café sobre la sucesión en Casa Puebla.
“Ya viste cómo se está moviendo Mario Rincón para la minigubernatura”, dijo el hombre aquél a quien lo escuchaba atento desde el otro lado de la mesa de un restaurante de un exclusivo hotel sobre Paseo de la Reforma, a un costado de la glorieta de Cristóbal Colón, en el Distrito Federal.
Casi nadie reparó en esa parte de la charla que se producía en un inmueble lleno como estaba de huéspedes de origen coreano, un grupo de hombres y mujeres de la farándula en el otro, y muchos personas más de origen incierto que degustaban el bufete dispuesto ayer jueves.
Y en efecto, la interrogante cobraba sentido por la pertinencia de la especie que involucra a quien al inicio de la gestión gubernamental comenzó como subsecretario en Gobernación, candidato a diputado federal y más tarde devuelto al gabinete, como titular en Medio Ambiente.
Conocido en el ámbito "priista como el príncipe de las derrotas" por resultados deficitarios obtenidos como operador en procesos electorales del pasado en el PRI, encontró un sitio privilegiado desde la campaña de la coalición Compromiso por Puebla, como coordinador de giras del entonces candidato a gobernador.
En cuatro años se abrió paso entre quienes eran considerados químicamente puros del morenovallismo como el caso de Fernando Manzanilla Prieto, coordinador de campaña primero, secretario de Gobernación después y hoy desterrado de la tierra prometida del periodo de la alternancia.
El proceso de descarte de los delfines con los que contaba el jefe político de este grupo colocó en la ruta de la sucesión a este expriista como precandidato natural para disputar la candidatura al gobierno de Puebla en el muy cercano 2016, por un período de 18 meses.
Ya sin la presencia del secretario de Infraestructura, Cabalán Macario a quien ya no se le consideró por su mal desempeño en términos de posicionamiento, anulado Luis Maldonado, el titular de Gobernación por falta de méritos entre ellos el de arraigo, carisma y por el desgaste político en un periodo convulso.
Queda la opción que podría suponer la más descabellada: mandar a competir a la esposa del gobernador, Martha Erika Alonso de Moreno Valle, a quien cada vez se le observa más en el escenario público.
Conocedor de los rituales sucesorios, el exsubsecretario de Desarrollo Social con la senadora Blanca Alcalá, cuando ésta fue presidenta municipal en la capital, decidió por un perfil medio para dejar que el tiempo ponga a cada quien en su sitio, en la recta final del periodo sexenal.
Aunque ello no signifique impedimento alguno para la construcción de una estructura paralela dentro y fuera del aparato estatal que trabaja todos los días para dotar a Mario Rincón de los atributos del precandidato a gobernador en condiciones tan ostensibles que la víspera, a cientos de kilómetros de distancia ya fueron advertidos como pudo atestiguar este reportero.