Por su santa madre: ¿De qué sirve que le den “cadena perpetua” a un ratero consumado o al político corrupto o la ministerio público cómplice o al asesino, si no los van a meter al “bote” jamás? La impunidad y la complicidad reinan sobre la ley; simplemente no hay “responsables” que la hagan valer o que tengan los pantalones para hacerlo (al menos eso parece).
A propósito de pantalones, sabías, amigo lector, que varias especies de animales están en plena extinción. Así es, los osos polares. Los tigres y hasta los ajolotes han desaparecido. 
Otros que han desaparecido son los policías. Hace años que no veo un policía vigilando mi colonia ni el barrio, por ejemplo: te pueden encuerar en cualquier calle de “la cantina más grande de Puebla” —también conocida como San Andrés Cholula—, y ni quién se dé cuenta o te pele. 
Eso sí, debo reconocer que si chocas, aunque sea un simple recargón, salen “pinchemil” hombres de negro, con gorras y hasta con casco, antimotines, y te “pepenan” hasta lograr que les muestres tu “fe de bautismo” y las recetas de tu abuela. Ora que si tienes la mala pata de que el que hizo churro tu “bocho” sea un cuate del comandante, ya valiste, porque de todas formas tú vas a tener la culpa.
Si te asaltan, cuélgate una medallita con el Señor de las Maravillas, porque no aparecerá nadie en tu auxilio: son una especia extinta (sobretodo, los honestos). 
(Se dice que el último ejemplar vivo fue visto hace 15 años en “Las Margaritas”.)