Tendrá que sentarse a esperar un largo rato el coordinador de los diputados del Partido Acción Nacional en el Congreso local, Jorge Aguilar Chedraui, para que su exigencia de renuncia del delegado de la Secretaría de Desarrollo Social, Juan Manuel Vega Rayet se cumpla.
Si la hoja de ruta de la virulenta línea discursiva del diputado local era ganar notoriedad en la disputa por los espacios futuros de poder en el dividido equipo del gobernador, es entendible y justificable.
Los que saben del reacomodo interno del morenovallismo comienzan a ubicar con menor fuerza al grupo al que pertenece el legislador, cuya cabeza de playa es el rudo Eukid Castañón a quien con disimulo llaman Míster Siniestro.
Los técnicos entre quienes se encuentran Antonio Gali, el presidente municipal; Ángel Trauwitz, candidato propietario de diputado federal; y Gerardo Islas, presidente de Nueva Alianza entre otros, comienzan a despuntar y ello explica el derrotero de los rudos.
Pero más allá de las disputas internas en el círculo gubernamental, la proclama por destituir a un funcionario federal tiene otra lectura, obligada y pertinente: el grito de guerra de Rafael Moreno Valle contra el gobierno federal, cuando ya nada parece abonar a la recomposición de la interlocución Estado-Federación.
Este jueves 28 se habrán cumplido 40 días de que se produjera la más notable falta de cortesía política del morenovallismo desde que su esposa, Martha Erika Alonso de Moreno Valle lanzara sus 54 segundos de crítica al guapo, pero ineficiente Enrique Peña Nieto el 19 de abril al lado de Cabalán Macari, el suplente en el distrito 12.
No olvidar que salvo la presencia del titular de Educación en el desfile del 5 de Mayo, notablemente reducida a un asunto de protocolo, Moreno Valle no ha recibido la visita siquiera de un coordinador de área de secretaria de Estado alguna. ¿Alguien lo ha apuntado?
Las piezas en el tablero de la política nacional se comienzan a reacomodar. Ya perfilan un escenario en que se advierten las trincheras rumbo a la sucesión presidencial en la que el jefe del grupo que gobierna Puebla es actor de primera línea.
Así lo delineó el periodista Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escalera de El Universal este miércoles, que tituló “Los Góbers que querían ser diputados”.
Narró que “de Los Pinos llamaron a Gustavo Madero, presidente nacional del PAN para transmitirle el mensaje: No se va a permitir que ningún de su partido se registre como candidato plurinominal suplente con la intención de convertirse después en diputado federal”.
“El ‘No’ de Los Pinos fue tajante y definitivo. Madero no tuvo más remedio que comunicárselo a los dos gobernadores de su partido”, dice la versión de García Soto, que de acuerdo con lo que ha trascendido no eran otros que Moreno Valle de Puebla y Guillermo Padrés, de Sonora; el primero para continuar vigente rumbo a la sucesión, el segundo para alcanzar fuero.
En política la casualidad no tiene lugar. La demanda de renuncia de Aguilar Chedraui a Vega Rayet se puede justificar así aunque también existe otra hipótesis.
Ignora este economista de la Universidad de las Américas Puebla que la entrega de las pantallas que tanto incomoda al panismo es mandato constitucional que su propio partido votó en San Lázaro. La semántica jurídica también cuenta.
En el sótano…
1. El encargado de Despacho de la Dirección General del ISSSTE, Luis Antonio Godina tras el deceso de Sebastián Lerdo de Tejada esta semana tiene lazos afectivos notables en Puebla. Uno es el empresario y banquero Luis Ángel Casas Arellano y otro, el exdiputado, Héctor Alonso Granados.
2. Quien lo fuera a decir, tanto afecto familiar tirado a la basura. Uno de los pivotes en la estrategia de golpeteo del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado contra el gobernador Rafael Moreno Valle tiene nombre, apellido y fue cercanísimo al inquilino de Casa Puebla. Se llama Fernando Manzanilla Prieto.
3.- Curioso que para sostener la teoría del homicidio por “motivos personales” de Salvador Montes, coordinador de la campaña de Lorenzo Rivera en el distrito de Zacatlán, la PGJ de Víctor Carrancá haya emitido un comunicado sobre la base de un supuesto.
“José Salvador Méndez tuvo contacto en un primer momento con un sujeto a quien al parecer conocía (sic) y que estaba a bordo de una motocicleta”. Ese es el rigor metodológico que debe ser cuestionado en la institución que ya una vez nos mintió con la teoría del cohetón que arrebató la vida al niño de Chalchihuapan en junio de 2014.