1.- Hace décadas cuando el machismo nos impedía entender muchas razones; los putos, los homosexuales, los gueis, los miembros de las minorías sexuales, los de mano caída, o mil denominaciones más, eran despreciados formalmente por la sociedad varonil.  
1.1.- De ahí que el dicho. “A los amigos se les admite todo, hasta que sean putos o ladrones, menos mal agradecidos”; era el mensaje supremo para reconocer el principio básico de la complicidad, pero también de la amistad, probada y ratificada con hechos.
2.- Cuando convertido en letra, nos enteramos de la existencia de un audio entre el señor subsecretario de la Gobernación Estatal, don Fernando Morales, hijo de Don Melquiades Morales Flores,  sobrino del tan querido Jesús Morales Flores, originan además de la risa nacida de este encuentro verbal (originado por una ilegal intervención), algunas reflexiones:
a).- Si, en verdad el diputado local representante del partido ecologista; debe su encargo al señor subsecretario citado, entendemos la causa de su entrega total a lo dictado legislativa, política y administrativamente por el actual gobierno.  En suma: obedecía órdenes de incondicionalidad con sumisión supina al ejecutivo estatal.   La interrogante ahora es: ¿por qué ya no obedece?
b).- El reclamo del señor Morales es procedente invocando valores ahora en decadencia entre figuras de la misma especie.   Yo te doy: pero tú me obedeces incondicionalmente a suerte de ser recompensado.
c).- El “tú también Bruto”, frase del Julio César al ser asesinado por su hijo adoptivo en los “Idus de Marzo” romanos, tiene absoluta aplicación aunque sea aldeana:
“Tú también Natale, creyendo que mi Jefe está derrotado para el 2016, para el 2018 en la estatal y en la grande” nos dejas”.
d).- Si la desgraciada intervención telefónica, no fuese muestra del daño antisocial que causa esa práctica, el encuentro verbal sería argumento de un buen vodevil digno de personajes como: Harapos, Borolas, el Chato Padilla, el Chatanooga Weber, o actualmente por el chico de la Ibero o el Caballo Rojas.    
Pero más risible es la idea que en la cámara de diputados, donde manda solamente el señor Eukid  Castañón, se trate la destitución del ilustre San Andreseño de su encargo, pues rebela la pobreza informativa administrativa del intentador el cual ignora que  el Ejecutivo Estatal confiere y nadie más ese tipo de encargos.
El Congreso local debe ser más serio o cuando menos intentar serlo.