En un estado con un nivel de crecimiento económico por debajo de la media nacional como el nuestro, con el anuncio de una depresión económica de grandes dimensiones como secuela del escándalo en el que se ve envuelto la empresa Volkswagen, la que más empleos genera en Puebla y el anticipo de un recorte al gasto federal para 2016, el dispendio de Rafael Moreno Valle es un escándalo.
Si las cifras que ayer ofreció el Director General de Intolerancia Diario, Enrique Núñez en su columna Contracara se acercan al costo real del viaje a Nueva York entre el 17 y domingo 20 que realizó el mandatario de Puebla y la corte de la que usualmente se hace acompañar, que habría sino de 1 millón 40 mil pesos, debiera ser un tema de las bancadas de oposición en el Congreso del Estado.
Nada de eso parece suceder. Ni con el roce de una indirecta del grupo parlamentario del PRI, que ha sido una bancada sumisa o complaciente con las posturas inenarrables del Ejecutivo y sus personeros, que han sometido al poder Legislativo hasta la ignominia.
Los números del desempeño de la economía poblana están ahí, incuestionables.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Puebla tuvo en 2014 un crecimiento mediocre, muy lejos de los discursos triunfalistas de los panegiristas de la administración panista.
Chiapas, Hidalgo, Tlaxcala y hasta el deprimido Guerrero habían tenido un desempeño satisfactorio, establece el Inegi.
Por arriba del 2.1 de la tasa nacional con un desempeño superior la renglón que ubica a ocho entidades en alerta por el pobre dinamismo de su Producto Interno Bruto (pib).
Puebla está en ese conjunto de estados que un tuvo el peor desempeño si se contrasta con las promesas de un mandatario que llegó al cargo bajo un cúmulo de promesas envueltas en frases mercadológicas, en un discurso que no resistía desde el más elemental de los análisis comparativos.
“Quiero que Puebla tenga un gobierno transparente al que puedas mirar de frente y exigirle resultados. Y porque esto no son sólo palabras, si en los primeros tres años de mi gobierno no cumplo mis compromisos que he firmado ante notario, por respeto a ti, me voy. Esto te lo digo mirándote a los ojos, para que tengas la certeza de que yo sí voy a trabajar y sí voy a cumplir”
Así decía el spot de campaña de un Moreno Valle que hoy claramente ha sido incompetente para ofrecer transparencia y cumplimiento de resultados. Uno es presa de sus palabras.
La renta de transportes aéreos privados para viajar con el séquito de siempre y el pago de habitaciones de hoteles como el Mandarin Oriental en Nueva York, cuya noche llega a costar 68 mil pesos es una majadería a un pueblo sumido en una miseria que ni de lejos conocerá el titular del Ejecutivo.
Pobres de los habitantes de Puebla que todos los días se parten la espalda para obtener apenas lo indispensable para la manutención, mientras Moreno Valle viaja con las condiciones de un miembro conspicuo de la plutocracia, intocable y arrogante.