La madrugada del jueves 16 de abril, un grupo de pistoleros baleó la casa de Yolanda Pacheco, suplente de la candidata del PRI a diputada federal por el distrito 16 de Puebla, Edith Villa Trujillo, y quemó la camioneta de Alfonso Flores, líder del Movimiento Antorchista en Ajalpan.
Ese día, a las 3:30 de la madrugada, el domicilio Yolanda Pacheco, ubicado en el centro de Ajalpan, fue baleado, y minutos más tarde llegó una patrulla de la policía municipal sólo a recoger los casquillos percutidos y, sin hacer mayores averiguaciones ni entrevistar a nadie, se fue, dejando limpia la escena del crimen.
También por la madrugada, en el domicilio de Alfonso Flores, ubicado en el centro de Ajalpan, fue incendiada su camioneta; y a pesar de los llamados, los bomberos sólo llegaron cuando la camioneta se encontraba totalmente consumida por el fuego.
“Se trata de un acto violatorio de todas las leyes mexicanas y de las leyes electorales. Es un mensaje al estilo de la mafia siciliana que pretende generar un clima de terror en el proceso electoral y el día de la elección. Es un crimen que busca intimidar a la candidata Edith Villa Trujillo y a sus numerosos simpatizantes, y frenar el éxito que ha tenido en su campaña política”, afirmó en esa ocasión Aquiles Montaño Brito, vocero del Movimiento Antorchista en Puebla.
“Nosotros exigimos al gobierno estatal, a las autoridades judiciales y al Instituto Nacional Electoral que investiguen a fondo estos hechos y que se castigue penalmente a los autores materiales y, sobre todo, a los autores intelectuales”.
Ninguna autoridad hizo nada.
Ayer, al filo de las ocho de la noche, una vez más la violencia se recrudeció en Ajalpan.
Una multitud mató y quemó a dos personas en plena plaza pública, incendió el palacio municipal y la policía pasada la media noche pudo controlar el incidente. La lentitud de las autoridades estatal fue tal que al cierre de la edición aún no daba una postura oficial.
Lo preocupante es que cada vez van en aumento los casos de justicia por mano propia, debido a la sensación de impotencia de la gente ante la inseguridad en el estado.
Fuentes no oficiales, aseguran que en lo que va del año se han registrado 30 intentos de linchamiento en 18 municipios. En las últimas 72 horas se presentaron tres casos: uno en San Martín Texmelucan, otro en La Resurrección y el más grave: en Ajalpan. En todos los casos, el gobierno morenovallista enmudeció.
De no tomar cartas en el asunto, los linchamientos amenazan con desbordarse y todo por la creciente impotencia de la gente ante la inseguridad que se vive en el estado.
Los demonios andan sueltos
PUBLICIDAD