Los Chuchos —los dueños absolutos de la franquicia del PRD— concretaron el sábado pasado la operación fachadismo, búsqueda de incautos que crean en una verdadera transformación del Partido de la Revolución Democrática.
El ascenso meteórico de Morena, con Andrés Manuel López Obrador, colocó al PRD en jaque y con ello, en un gran riesgo de perder el negocio para quienes manejan los recursos económicos del PRD; es decir, Los Chuchos.
Ante ese negro escenario, los dueños de la franquicia del PRD pusieron cartas en el asunto para no perder sus canonjías y sobre todo para no perder el negocio que deja manejar las siglas del otrora poderoso partido de izquierda.
Así iniciaron los amarres con las tribus perredistas, que no les quedó de otra más que alinearse a perder las migajas de poder y los recursos económicos.
Así que eligieron sin mayores alegatos al expriista Agustín Basave Benítez como presidente nacional del sol azteca y como secretaria general, Beatriz Mojica Morga, ligada al grupo de Los Chuchos.
A partir del sábado, el mensaje es que Basave rescatará al PRD de todo el lodazal en el que se encuentra y convertirlo una vez más en una opción de izquierda para lograr una alianza con Morena en el 2018.
Sin embargo, López Obrador no hará ninguna alianza con el PRD, mientras Los Chuchos sigan manejando ese partido.
Por lo tanto, las alianzas para 2016 siguen en sin cambio alguno, tal como se acordó en el Consejo Nacional y ninguna corriente lo impugnó.
Para llevar la fiesta en paz, las tribus se van repartir las plazas. Los Chuchos controlan Puebla, Oaxaca y Sinaloa, en esos estados, a toda costa sacarán sus alianzas con el PAN. También quieren manejar Colima y Tlaxcala.
Lo que atestiguamos el sábado pasado solo fue un cambio cosmético del PRD. Necesario para el sol azteca y sobre todo, porque los dueños de la franquicia ya no tenían otra alternativa. 
O hacían los cambios en la fachada amarilla o Los Chuchos y los de ADN perdían el negocio de tener un partido político como moneda de cambio.
La llegada de Basave sólo es una patada de ahogado para evitar que Andrés Manuel López Obrador los rebase, pero la medida es demasiado tarde.
Basave no tendrá el poder del PRD, lo tienen Los Chuchos, ellos controlan la estructura partidaria y los órganos de gobierno de ese partido. Incluso, Basave no tiene consejeros nacionales que defiendan sus posicionamientos.