1.- El nuevo secretario de la Secretaría de Salud, Dr. José Narro Robles, llega procedido de una extraordinaria Imagen Personal, ganada en su ejercicio en la máxima jerarquía de la UNAM.
1.1.- Esta, hasta ahora sigue siendo la principal proveedora de Recursos Humanos calificados para vender su fuerza de trabajo en el área conurbada de la ahora Ciudad de México (antes D.F.) con los estados de México e Hidalgo.
El concepto centralista aplicado desde la época colonial, y un federalismo hasta ahora incomprendido, ha hecho de la UNAM nuestra Alma Mater Nacional, pues es la gestora, la creadora, la gerente de toda la inteligencia mexicana.
2.- La imagen institucional de la UNAM, a la llegada del Dr. Narro, estaba deteriorada por diversos conflictos mal difundidos por un cuerpo  mediático acostumbrado a vender publicidad a entes oficiales, como es usual en los países tercermundistas.
3.- Todos y cada uno de los graves conflictos se fueron resolviendo gracias a su concepción democrática nacida de su formación ilustrada, acompañada de altas dosis de conciliábulos entre sus pares académicos de altos rangos doctorales todos.
4.- Su llegada ya era esperada.  El gabinete presidencial necesita a ojos vistos prestigios bien acreditados que resalten el interés presidencial por reconstruir en escasos 36 meses, una dependencia que en la época de creación de instituciones nacidas de la Revolución Mexicana, elevó la existencia de la sociedad nacional de los 30 hasta arriba de los 50 años de vida plena.
5.- Los informados esperan actos taumatúrgicos del atraso institucional  nacional, cuando el raciocinio común aconseja un mecanismo de salud:
a).- Que concentre a las instituciones pares.
b).- Que se retome a la medicina preventiva.
c).- Que aniquile la corrupción existente entre los productores de medicinas con funcionarios de la S.S.A.; del IMSS, del ISSSTE; de los Issstes estatales y de cualquier servicio privilegiado como gozan por ejemplo los petroleros.
¿Qué logrará en 36 meses?

Nuestra casa México

Dos millones de kilómetros cuadrados de propiedad nacional y millones de mexicanos hacinados en ciudades como en cualquier drenaje parisino.