Se va a cumplir más de un mes que la Contraloría del estado decidió o le ordenaron archivar el caso de Juan Armando Ramírez López, director de Seguridad e Instalaciones y Protección a Funcionarios Públicos del gobierno del estado, que en completo estado de ebriedad chocó y destrozó una camioneta propiedad del gobierno en la 9 Sur y Periférico Ecológico.
Sería necesario hacer un breve recordatorio para que no pasen desapercibidos los abusos de funcionarios públicos que pretenden repetir en la nueva administración.
Los archivos
La Contraloría del estado y otras altas esferas del gobierno de Puebla se confabularon para proteger a Juan Armando Ramírez López, director de Seguridad a Instalaciones y Protección a Funcionarios Públicos, para no sancionarlo, ni siquiera cobrarle el vehículo del gobierno del estado que destruyó cuando se encontraba en estado de ebriedad, vaya, ni siquiera le llamaron la atención de que además de chocar en completo estado de ebriedad estaba armado.
El poder de este hombre y de sus amigos fue tan grande que se salvó de aparecer en medios informativos, tras su "travesura" de borracho, pese a que quedó documentado que el "señor" estaba perdido de borracho y quien sabe de qué otra cosa más.
La historia
El 5 de mayo de 2016, a las cero horas, Juan Armando chocó en el Periférico y la 9 Sur un vehículo oficial, además de que se encontraba en completo estado de ebriedad.
El hombre estaba tan ebrio que al ser entrevistado por un reportero no dijo a lo que realmente se dedicaba, sino que era coordinador de la campaña de Tony Gali.
Otros comunicadores vieron que este hombre estaba armado y como consecuencia, al encontrarse ebrio, significada un serio peligro, además de que se desconoce si tiene el permiso para portar el arma, tratándose de una Beretta calibre .9 milímetros.
Además de que llevaba su radio Matra.
No está por demás comentarle que el vehículo quedó inservible.
Que ninguno de los agentes que llegó detuvo a Juan Armando Ramírez López.
Tampoco está por demás comentarle que al servidor público lo trasladaron de inmediato a su casa y que el vehículo fue ocultado.
En ese momento un personaje de muy alto nivel, ¿el titular de la SSPE?, estaba dando u obedeciendo órdenes.
Operativo silencio
Tras lo ocurrido, la orden fue tajante, "nadie debe enterarse", mucho menos los poblanos.
¿Qué iban a pensar que un servidor público en completo estado de ebriedad destruyera un vehículo adquirido con los impuestos de los poblanos?
Además, estábamos en campaña.
Y la noticia no se divulgó ni al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente.
A los poblanos les volvieron a ocultar información.
Manotazo morenovallista, "aquí no ha pasado nada"
Tras el incidente, la Dirección de Tránsito Municipal no cumplió con su trabajo y dejó ir a un sospechoso de conducir en estado de ebriedad, además de estar armado.
Juan Armando Ramírez López, que por "alguna causalidad" es de los mandos desempacados de la Ciudad de México, se pasó por debajo de las piernas la ley.
Personal de Asuntos Internos y de la misma Contraloría del estado se encargó de desaparecer el expediente.
Como si no hubiera pasado nada.
Y nuestro prepotente servidor público se la pasó amenazando y pisoteando a todo su personal.
Les cargó la mano como si ellos lo hubieran emborrachado y quién sabe qué más, para destrozar una camioneta del gobierno de Puebla.
Y así quieren repetir.
Nos vemos cuando nos veamos.