Ambos, el presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Roberto Flores Toledano y el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Víctor Antonio Carrancá Bourget, tienen razón cuando declaran que el Nuevo Sistema de Justicia Penal sea malo, lo que pasa es que cada quien lo interpreta como puede o quiere.

Las dos declaraciones que le comento aparecieron por el caso de los 7 elementos de la Municipal de Amozoc y otro que estaba disfrazado de policía sin serlo, acusados de portación de armas de fuego, usurpación de funciones, abuso de autoridad, detenidos por la Policía Estatal Preventiva (PEP), cuando presuntamente protegían a huachicoleros que estaban ordeñando ductos de Pemex, en algún punto de la población de Chachapa.

Los 8 sospechosos que la FGE puso en manos del TSJ, a través del Juez de Control, Lucio León Mata, en estos momentos se encuentran en libertad, cesados, pero libres, por una mala integración en su expediente, integración o investigación que Carrancá Bourget defiende como buena y que Flores Toledano, aunque se deslinda, reconoce como mala.

Y le explico, cuando el Juez de Control leyó los argumentos de la Fiscalía, sobre las declaraciones de los dudosos, se dio cuenta que las declaraciones de cada uno de ellos eran similares, como si las hubieran hecho de chingazo y los hubieran obligado a firmarlas.

Y esa “pequeña” irregularidad fue suficiente para que hubiera duda en la verdad que presentaba la Fiscalía y su caso se vino para abajo.

No importaron testimonios de policías que realizaron la detención, las pruebas de los vehículos, los uniformes y las armas.

Solo bastó con que se presumiera que a los detenidos los obligaron a firmar su declaración y estos quedaron libres por falta de pruebas.

Lo más importante, Roberto Flores Toledano, presidente del TSJ, le dio la razón a su Juez de Control, y además lo dejó claro “no se demostró la culpabilidad de los imputados”.

Y esto tiene solo dos razones, o son muy negligentes en la FGE para poder integrar una Carpeta de Investigación como se debe —son negligentes—, o hubo algún “negocito” por debajo de la mesa para que en la siguiente instancia quedaran libres.

Y nada más le comento que a los 8 detenidos se les acusó de todo, menos de robo de hidrocarburos o de proteger a ladrones de hidrocarburos.

El fiscal general, Carranca Bourget, no solo defiende a su personal, que integró el expediente de los 8 detenidos, sino que además pone en duda el trabajo del Juez de Control, en sí del TSJ.

Y para que se ponga en duda el trabajo del Juez de Control hay dos razones, o no sabe nada de su trabajo o sí sabe y algún interés lo llevó a dejarlos libres.

¿Quién tiene la razón?

 De todas formas aún existen cabos sueltos que ninguno se atreve a comentar.

¿Por qué no se les acusó desde un principio a los policías de robo de hidrocarburos?

¿Por qué no se dio parte a la Procuraduría General de la República, si se traba de un asunto federal, como ocurrió con el que fuera director de la Policía del Estado, en tiempos de Facundo Rosas Rosas?

¿Será que sí es cierto que el presidente municipal de Amozoc es amigo de piquetes de ojos del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle?

Lo cierto es que este caso y muchos otros más que vendrán, demuestran solo una cosa, que se rompió el maridaje entre el TSJ y la actual FGE.

Parece que ya no va a haber jueces de consigna, es decir, cuatitos que se encarguen de encubrir los errores y “trajecitos” del Ministerio Público.

Y todavía falta que a los ahora expolicías los vuelvan a llamar a declarar, ahora por un nuevo delito.

Ellos saben a quién encubre la FGE y el mismo TSJ.

Esto del robo de hidrocarburos es de muchos, pero muchos ceros.

 

Nos vemos cuando nos veamos.