No tiene mucho que el fiscal general del Estado, Víctor Antonio Carrancá Bourget y las autoridades municipales de Xicotepec de Juárez se reunieron “para analizar la inseguridad que se vive en dicha demarcación.

Un comunicado del gobierno del estado dio fe de “la preocupación” por los recientes acontecimientos de violencia y dejó en claro que el fiscal y el presidente municipal intercambiaron opiniones y hasta analizaron estrategias, vaya, hasta se tomaron el te.

Le comento que esta reunión ocurrió días después de la ejecución de un periodista y de la burrada del fiscal de señalar el nombre de un sospechoso, pasándose por el arco del triunfo la secrecía que debe tener toda investigación, además de que violaron los protocolos del Nuevo Sistema de Justicia Penal, al destapar, sin concederle el beneficio de la duda, a otro periodista, colocando a su familia contra la pared, porque sufre el linchamiento de una sociedad, sin que le hayan dado la oportunidad de un juicio.

Pero solo por salir del paso.

Pero eso ‎no es lo más grave, lo es el desinterés del gobierno de Puebla para voltear al estado de cabeza, como ocurre en otras entidades federativas, para la localización de tres jóvenes de la Universidad de Xicotepec, que ya cumplieron un mes de estar desaparecidos.

Se trata de Aurelio Alfonso Solís Castañeda, de 21 años de edad, África Leticia Quiroga Castillo, de 21 y Roberto Hernández Sánchez de 29, los dos primeros estudiantes y el tercero maestro de la institución.

La última vez que fueron vistos estos jóvenes estaban por la terminal de autobuses Estrella Blanca, que se ubica en la carretera federal México-Tuxpan y calle Guerrero.

La hora de la desaparición es a las 6 de la tarde.

No se sabe qué les pasó y pese a que los familiares han presentado la denuncia correspondiente, hasta el momento tanto el Ministerio Público como la Policía Ministerial mantiene las manos en las bolsas de sus pantalones jugando canicas, sin hacer nada.

No les importa, solo esperan que ellos aparezcan por su ‎propia cuenta, para boletinar su regreso o hacerse los tontos en caso de que aparezcan sin vida.

Uno de los desaparecidos es hermano de la locutora de radio, Patricia Solís Castañeda, que ha divulgado a través de su cuenta Twitter las ‎características de los desaparecidos, pudiendo la colaboración de todo quien pueda leer el mensaje, porque han perdido toda credibilidad en este gobierno y en sus instituciones de justicia.

Las características de los desaparecidos son las siguientes:

Aurelio Alfonso Solís Castañeda, de 20 años de edad, estatura 1.68 metros, complexión delgada, cabello castaño oscuro, tez clara, ojos café oscuro. Seña particular: una cicatriz en la nariz y otra en la espalda. Vestía playera color azul marino tipo polo con una franja blanca en las mangas y el cuello, pantalón de mezclilla azul claro y tenis azul eléctrico marca Puma.

Roberto Hernández Sánchez, de 29 años de edad, estatura 1.72 metros, complexión media, cabello castaño oscuro, tez apiñonada, ojos café. Seña particular: una mancha de vitiligo en la frente y una marca de nacimiento en la cabeza. Vestía suéter color café claro de cuello redondo, pantalón de mezclilla azul marino, tenis color negro con rojo, ambos son originarios de Xicotepec.

Ellos fueron vistos por última vez con África Leticia Quiroga Castro, de quien no se aportan mayores datos, pero también se encuentra desaparecida.

Los familiares agradecen cualquier información en el teléfono 764 7642033.

Mientras esto ocurre, este gobierno insiste en que los poblanos sigan fumando "marihuana mediática" para creer que vivimos en una Puebla de Walt Disney.

Nos vemos cuando nos veamos.