1. Decenas de articulistas de diversos medios impresos o digitales, lanzan rayos y centellas contra las masas castigadoras de los delincuentes; iguales conductas realizan diversos académicos, expertos en derechos humanos, investigadores en seguridad pública, sin dejar de lado el dolimiento de sacerdotes y ministros religiosos.
2. En algunas colonias, aldeas, fraccionamientos, o pueblos, a los delincuentes los queman vivos; otros son puestos a golpes al borde de la muerte; la mayoría perecen linchados. Los cuerpos policiacos incluyendo federales, estatales o municipales en muchas ocasiones hacen su tarea, pero en la mayoría de sus acciones fracasan ante la exigencia de castigo inmediato.
3. Entre estos ajusticiados por los tribunales efímeros, hay inocentes “pagando justos por pecadores”. Aquí en Puebla, capital del mundo, a escasos kilómetros, en el rumbo a Valsequillo, hace días se ejemplificó uno de tantos casos.
4. La conducta social convertida en actos punitivos instantáneos, no es un fenómeno, es simplemente procesal y en consecuencia encontramos todos los elementos que la originan.
4.1. Dice Ortega y Gasset, experto en comportamientos de masas, que estas irrumpen cuando se dan condiciones para ello.
4.2. En este caso no hay un mexicano informado que ignore las causales ilegales de estos comportamientos masivos, donde copiando al alcalde de Zalamea, los responsables de los actos atrabiliarios contra los delincuentes, llevados a tribunales simplemente contestarán que el pueblo es el responsable.
5. Los delincuentes roban, extorsionan, secuestran, asesinan, y cuando comparecen ante los Ministerios Públicos presentados por las fuerzas policiacas, un buen número de ellos son puestos en libertad inmediata por no cubrir los trámites obligados.
5.1. Naturalmente que los grupos afectados ignorantes de los mecanismos punitivos de los gobiernos, afirman que la decisión fue tomada con base en un acto de corrupción.
5.1. Tales hechos envenenan a cualquier ser humano que tenga dos centímetros de frente, visto que carece de protección legal y legítima a que tiene derecho como vecino honesto.
5.2. Para agravar lo citado al elevarnos de la base horizontal a estamentos superiores el panorama no cambia. Cambia la vestimenta, las poses de los delincuentes de cuello blanco, debidamente flanqueados por sus defensores abogadiles, los cuales, usando notas informativas debidamente manipuladas, presionan a los jueces o magistrados para que dicten resoluciones en contra de los intereses de la sociedad.
5.3. Ante tales hechos la escasa opinión pública sigue alimentando su inconformidad pues no se aplica el Estado de Derecho, reducidos simplemente “a que se aplique la ley como corresponde, sea quien sea el violador de ella”. Los saqueos financieros multimillonarios ofenden no solo a los lesionados patrimonialmente, sino que erosionan la credibilidad de los tribunales, muestran la complicidad con los medios de comunicación, y aún más: denigran internacionalmente. Aquí la impunidad se ve más ostentosa.
6. Si de administradores gubernamentales se trata, no hay ejemplos debidamente cuantificados para hacer un inventario preciso de las cantidades saqueadas con total impunidad en agravio del pueblo mexicano.
6.1. Desde el poder se realizan faenas desviadoras de dinero público, sin límite alguno, con absoluta y total naturalidad.
7. ¿Qué debe hacer la población inerme totalmente desprotegida? Defenderse a como dé lugar de quien la agreda, y los únicos que sufren actos vindicatorios sociales de tipo masivo, son a los que agarran instantáneamente; los otros seguirán impunes salvo que el Sistema Mexicano cambie, ¿cambiará?; claro que sí, siempre lo hemos hecho a través de la historia.
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