En 2013, en Intolerancia Diario dimos cuenta de esto. Habían pasado dos años de la administración estatal y de la Ciudad Rural que el gobernador Rafael Moreno Valle prometió en el municipio de Zautla, solo existía la primera piedra.
De todo aquel proyecto de lo que sería la unidad modelo “para cambiarle la vida” a miles de indígenas que vivían y continúan en condiciones de pobreza en la Sierra Norte de Puebla, no existen más que discursos y palabras.
La Ciudad Rural quedó como muchas otras de las promesas de campaña, en mera palabrería.
Hagamos memoria.
Fue el 27 de abril de 2011, en San Miguel Tenextatiloyan, junta auxiliar de Zautla, cuando Moreno Valle anunció una inversión por 200 millones de pesos para construir la primera Ciudad Rural en Puebla. Pero el gobernador fue más lejos y prometió que los hongos que se producen en este lugar, se comercializarían con la empresa Walmart, a través del apoyo de la Fundación Azteca.
Después de dos años ninguna de las promesas se había cumplido. El proyecto estaba en completo abandono y por la Secretaría de Desarrollo Social del estado de Puebla ya habían desfilado tres titulares: Myriam Arabian, Néstor Gordillo y Salvador Escobedo; una, regidora, el otro exdiputado federal, y el último legislador con licencia, ahora secretario de Salud; pero de la Ciudad Rural nada de nada, pese a que se trató de uno más de sus compromisos firmados en el publicitado “Cumplo o me voy”.
A 20 días de que el Señor de Los Cerros deje el cargo, hay que recordarle que con esta promesa tampoco cumplió.
Especialista en el engaño, la Ciudad Rural en Tenextatiloyan se transformó en un Centro Integral de Servicios, que cuenta con un consultorio, oficinas recaudadoras y unos cuantos salones de clases. El CIS fue construido en un tiempo récord, solo 40 días; este dato es la clave, ya que la edificación se inició a principios de diciembre de 2011 para que se inaugurara al cumplir el primer año de gobierno de Rafael Moreno Valle.
El CIS puesto en marcha el 30 de enero de 2012 por el propio Moreno Valle, fue construido con materiales prefabricados, se trata prácticamente de una escenografía con techo de lámina.
Hay que señalar que la intención de las Ciudades Rurales, en Puebla, era abatir la dispersión y marginación social, así como concentrar a la población de las zonas rurales en unos cuantos lotes donde habría casas pequeñas, de no más de 20 metros cuadrados para que —amontonadas— vivieran las familias, en lo que realmente eran unas galeras infrahumanas; de esa forma, el gobierno no tendría que preocuparse por la construcción de más caminos.
Hubo quienes advirtieron que la idea era parecida a la de los guetos de la Alemania Nazi, donde la gente saldría en la mañana a trabajar para regresar a galeras donde estarían hacinadas las familias.
Ese es el concepto de desarrollo de quien presume en una campaña nacional haber transformado Puebla.