“Temo el día en que la

tecnología sobrepase

nuestra humanidad.

El mundo tendrá una

generación de idiotas”.

Albert Einstein

Por Dios, por tus hijos o lo que más quieras, ya deja de usar algo tu celular. No te inventes, ¿cuáles negocios si estás jodido? No te hagas el loco, párale a tus sueños guajiros. Comes, desayunas o cenas y tu cel en las manos, y los demás, como si estuvieran pintados.

En reunión o acompañado, apágalo, o solo en vibrar, pero no lo uses por favor, es falta de atención y respeto, porque dejas al margen a los demás, se sienten incómodos y sacados de onda. Además, creas un ambiente hostil, se pierde el hilo de la conversación. Les haces sentir incómodos y creas dudas y te metes en mil rollos y problemas difíciles de aclarar por mensajes.

Llamadas o imágenes son causa de divorcios y separaciones. Dice el Sumo Pontífice, o Papa: comuníquense en persona, hablen, no por escrito. Palabras mudas, frías, estáticas, mecanizadas y elocuentes son afectos ficticios o falsos.

Usa tu cel para acortar distancias, para hablar lo importante, lo preciso y conciso, lo demás, cumplidos, diplomacia, demagogia y mentiras.

Tómalo, déjalo o mejor medítalo. El amor no se escribe, no se habla, se demuestra, con hechos.

1. Las sociedades libertarias se alcanzan mediante siglos de experimentos para organizarse exitosamente en ingeniería de organización social.

1.1. En estos momentos en algunas estaciones del Metro madrileño, un grupo de jóvenes se droga a placer, sin que la policía ni mucho menos la ciudadanía les moleste. A final de cuentas el inconsciente, el subconsciente y el consciente de cada individuo indicarán el tipo de conducta que más les convenga como individuos.

1.2. Lo mismo acontecerá al final de la más grande avenida urbana que existe en Berlín.  Donde en una plazuela rodeada de tiendas que venden productos persas, se dan cita en el día grupos pequeños de jóvenes que incluso a la vista drogándose a su placer sin ser molestados.

1.3. Esto no sucede en México, ni sucederá mientras los medios de comunicación masiva no aporten los razonamientos indicados para convertir las libertades personales, en el uso pleno de la voluntad, llegando al grado tal, incluso de acabar con su propia existencia.

2. Que lo anterior sirva para excluirme como difusor de ideas del común, de los cenáculos que abogan porque la sociedad camine por los senderos que uno apruebe. Siendo que lo ideal es ejercer el acto libertario actuando según nuestro agrado sin ofender la dignidad, la moral vigente, ni mucho menos agredir el patrimonio tangible e intangible de los vecinos.

Protesto bajo palabra de decir verdad, que el texto que aquí copio en forma total no es mío, pero leyéndolo en una tienda de magnífica ropa a magníficos precios, ubicada en la 7 Poniente, frente a las oficinas senatoriales de Don Manuel, solicité permiso para darlo a conocer. Dejo a su criterio lo propio.

NUESTRA CASA

Dice Roberto Hernández Ortega, artista poblano, que en el sexto año del inolvidable gobernador Piña Olaya, llegó La Doña (quién sino María Félix. O hay otra), acompañando a su esposo a una exposición en la Casa de los Muñecos. De entre los mirones alguien le gritó: “María estás muy buena”; serena, la ojizarco sonorense le llama. Acude contentísimo el gritón y ella le dice: “Buenos los chiles Herdez. Mejora tu vocabulario”. Ser grande es difícil.

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