Hace unas semanas recibimos la triste noticia de la muerte de Zygmunt Bauman, autor de La sociedad líquida, una de las obras más importantes que a cualquier persona ayudaría a comprender lo que ahora ocurre en el mundo. La tesis que sostiene la obra de Bauman es una frase de origen marxista que dice que “todo lo sólido se desvanece en el aire”; o también, en otras palabras, que en la sociedad capitalista “todo lo sólido se convierte en líquido”.
La frase tomada del Manifiesto comunista, en ese contexto, expone que el vértigo impuesto por quienes se consideran los representantes de la nueva sociedad industrial capitalista, imponen un tipo de empuje a la vida económica, política, social y cultural, que todo lo sólido o lo que se crea y que aparenta cierta solidez, termina por ser barrido por nuevas transformaciones.
Donde ahora crece una nueva ciudad, por ejemplo, el día de mañana puede ser que no encontremos nada.
Todo lo sólido se desvanece en el aire o todo lo sólido se vuelve líquido. Esta misma frase la aplica Bauman a la sociedad que surgió después de los años 70 del siglo pasado. Sustentada en la revolución tecnológica, las élites norteamericanas e inglesas ordenaron el mundo de la globalización. A la globalización se le llama de diferentes maneras, sociedad líquida, de la información, red, posmoderna, compleja, tardía, entre otros términos que se utilizan para identificarla.
Lo importante es que finalmente esta nueva sociedad ha eliminado lo sólido y transformado en líquido lo que quedaba de sólido. Me explico. Se le puso fin a lo sólido: convenios laborales con buenas prestaciones; salarios que alcanzaban para tener casa, coche, vacaciones, alimentos —sobre todo en los países ricos—; instituciones de salud, educación y vivienda; de apoyo al campo; había una banca nacional que tenía como principio utilizar el dinero para equilibrar las asimetrías sociales; un Estado, más o menos, preocupado por equilibrar el desarrollo social; un desarrollo industrial local protegido, entre otros factores.
Todo se convirtió en líquido: se puso fin a todo tipo de equilibrios sociales, se eliminaron las instituciones y al Estado se le colocó como guardián del capital. El capital ha sustituido al Estado y circula por el mundo sin establecer compromisos sociales. El capital se ha concentrado en la banca mundial desde donde se chantajea a los gobiernos locales. Y desde los gobiernos locales se ha creado la imagen de salvador. En realidad, al lugar que llega, valora, condiciona a los gobiernos locales, los somete a su dinámica de mercado con el fin de privatizar todo lo que implique su reproducción.
El capital trata de no establecer compromisos como en el pasado —convenios, instituciones, acuerdos con los estados, nada—, y cuando tiene la oportunidad se da la fuga como ocurre en las bolsas de valores o la maquila. Ya no le interesa circular en la producción que es donde realmente se valoriza. Lo hace a partir de incursionar en donde se puede multiplicar rápido, a través de la banca que ha extraviado su carácter de promotor de la producción y se ha convertido en una banca usurera. De ahí que la producción industrial se ha desvalorizado. No ha dejado de ser importante, pero el capital ya no acude a ese lugar como en el pasado. La prioridad son los servicios financieros y el comercio.
Se trata de un tipo de capital que más bien se parece a un “estafador” que navega con aureola de salvador de los pobres y hambrientos del mundo que, contradictoriamente, ha creado, pero a los que les hace creer que les va a llevar empleos después de que ha concentrado la riqueza de todo el mundo. Veamos un caso concreto: el agua.
La empresa Living Water (La Jornada de Oriente, 18/06/2013), estadounidense, ligada a las trasnacionales Femsa y Chevron, tiene 139 proyectos en Puebla.
A pesar del rechazo de las comunidades, la fundación Living Water se expande a cerca de 377 proyectos vinculados al agua potable en México, de los cuales 40 por ciento –139– están asentados en Puebla.
En importancia, le siguen 118 proyectos entre el Istmo de Tehuantepec y la costa de Chiapas; 95 en el centro y norte de Tamaulipas; 79 proyectos entre los límites de Veracruz y Tamaulipas, y 53 entre Reynosa y Texas. Los proyectos importantes para Living Water en Puebla se encuentran en Valsequillo, San José Balvanera, Teteles, Tejaluca y La Trinidad, así como en Tecali de Herrera.
El 13 de diciembre de 2013 el Congreso de Puebla aprobó las modificaciones a la Ley Estatal de Aguas para permitir el ingreso de empresas mexicanas y consorcios trasnacionales en 25 municipios en una primera etapa.
De estos, San Pedro Cholula y San Miguel Xoxtla han rechazado la imposición.
Lo sólido, el agua como un líquido vital para los seres humanos, se ha convertido en un negocio. Lo sólido, el agua como un derecho humano se ha vuelto líquido. Ahora es parte del mercado al que se accede teniendo dinero. Colocar el derecho humano al agua en la constitución es parte de la trama de convertir lo sólido en líquido. Bauman nos hará falta.