Había una vez un pueblito, que según cuentan, había sido diseñado por un grupo pequeño de ángeles que soñaban con establecer su hogar en ese hermoso paraje.
Lo llamarían Puebla de Los Ángeles. Todo iba muy bien hasta que, Manu Pules, un ángel que tenía la maléfica habilidad de engañar hasta a su angelical madre con tal de alcanzar el poder, formó el grupo musical llamado “Los Poderosos Retrógradas Invisibles” (PRI), que después se convertirían en "Los Pirruris Añejos Nomás" (PAN), que más tarde conformarían "Los Puras Ratas Diseminadas" (PRD).
Obviamente sus grupos han sido todo un fracaso porque no tienen el más mínimo gusto musical y mucho menos un sentido de grupo, ni tienen cuatro centavos de sentido común.
En pocas palabras, sus grupos valieron queso. Sin embargo, acabaron millonarios, pues cientos y cientos de maceguales acudían a sus conciertos con la esperanza de oír y de ver obras de a de veras y no los mismos mamarrachos de siempre.
Tengo entendido que estos angelitos acabaron putrimillonarios. Mandaron “por las cocas” el proyecto de Puebla de Los Ángeles y terminaron viviendo en Miami o en Europa con la cola entre las patas, apestados y escondiéndose como ratas, eso sí, viviendo como pashas.
Triste final, cuenta la leyenda que aquel hermoso lugar, Puebla de Los Ángeles, terminó convertido en una especie de Disneylandia, donde todo es falso, pura escenografía.