1. Cualquier setentón mexicano que anduvo ganando calles, repartiendo volantes, boteando para comer en huelgas o paros, desplazándose por geografías ajenas a su domicilio, cercando edificios públicos, o cerrando el tráfico vehicular, amén de mentar madres a funcionarios de administraciones públicas corruptas o anacrónicas, recordará porque lo vivieron:
1.1. El actuar del Ejército reprimiendo maestros del Movimiento Revolucionario del Magisterio; estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, de la Escuela Nacional de Maestros, de la Universidad Nacional Autónoma de México; a médicos, enfermeras, petroleros, ferrocarrileros, congresistas de organizaciones casi todas norteñas, sin olvidar actos de simple intimidación a líderes populares legitimados por su conducción de pueblos, colonias o agrupamientos mil, exaltando a los campesinos inconformes con los despojos agrarios.
1.2. En aquellos días de poca sociedad, escasos medios de comunicación masiva independientes, mucho gobierno, paupérrima presencia internacional, no existían las ahora tan citadas, pero poco efectivas, oficinas de derechos humanos y cosas por el estilo.
2. Trágicamente, el acto represivo descansaba como en todos los países con algún ordenamiento legal, bajo mandatos superiores de corte civil al 100%.
2.1. Los militares obedecían al comandante supremo de las Fuerzas Armadas para restaurar el orden, toda vez que la incompetencia, ignorancia, corrupción o ineptitud de los gobiernos civiles ocasionaba no un caos organizado, sino un desbarajuste social.
2.2. En todos los países civilizados y a través de luchas generacionales, los pueblos con democracias casi de Bienestar Social (Carlos Montemayor), han logrado que las Fuerzas Armadas estén de guardia permanente donde lo exija la Seguridad Nacional y residiendo en sus cuarteles.
2.3. Tan cierto es, que el país número uno en el consumo de drogas, que es Estados Unidos, el Ejército no ha salido a las calles como órgano represor.
“Las Fuerzas Armadas no son deliberativas, sino eminentemente operacionales”.
3. Para sustentar esto, basta que el señor presidente Trump se pase al Congreso General por los huevos y ordene un ataque contra Siria —que tiene un gobierno envuelto en una Guerra Civil—, y, sin que los mandos superiores castrenses objeten la orden dada y obedezcan sin pedir consultas con nadie, lanzando misiles a un país al cual no le han declarado la guerra.
4. Que los enterados allá afirmen que previo al ataque fueron los agredidos avisados, es línea para entendidos en intereses superiores de gobierno.
5. Los legisladores priistas, panistas, verdes y algunos más, ligados a la gran empresa beneficiaria del neoliberalismo, impulsan una Ley de Seguridad Interior que obligaría a los cuerpos castrenses a actuar contra las instituciones en supuesto peligro.
5.1. Una fracción del PRD, leal a su ideología ahora devastada, así como Morena, se oponen a ello, al igual que el PT conducido por don Manuel, “que algo sabe el diablo por ser experimentado en cuestiones de la gobernación”.
6. El sistema presidencial mexicano copiado del estadounidense, exalta constitucionalmente el Mando Único Presidencial.
7. Solamente el presidente Enrique Peña Nieto es el comandante máximo de las Fuerzas Armadas, las cuales están bajo sus órdenes hasta el último minuto de la entrega de la banda presidencial al sucesor o sucesora.
8. He ahí el “quid de la cuestión”, pues vistos los escenarios nacionales donde la erosión institucional es ostentosa, la corrupción acompañada de la improvisación en las administraciones, más el saqueo de los tesoros federales, estatales o municipales, los saqueadores se agruparán con temor de ser punidos, aunque AMLO prometa perdonarlos, ahí entraría la ley citada para detener la limpieza de “Los Establos de los Augías Mexicanos”, usando a las Fuerzas Armadas para ello.
9. Contra esta idea nada de ciencia ficción, está la voz del México 2017, cuando el general Alejandro Ramos Flores, jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Sedena, argumenta en una insólita –por veraz – entrevista hecha por Javier Garduño en El Universal página A-8 del 11-IV-2017 de este:
“Vacío legal beneficia al crimen, advierte SEDENA. Urge al congreso a aprobar la ley de seguridad interior. Pide que legislación no se utilice como moneda de cambio político”.
Ramos Flores destaca que la norma actual tiene puntos ciegos que son aprovechados por el crimen organizado, situación ante la cual las Fuerzas Armadas actúan en sus funciones propias de seguridad interior.
Dice que el Ejército regresará a los cuarteles cuando las policías estén preparadas para contener esa delincuencia. Resalta que el Ejército no es una amenaza para la sociedad ni el responsable de la violencia, como lo han dicho algunos defensores de derechos humanos, que también indican que la iniciativa dejó abierta la posibilidad de que los militares violen las garantías fundamentales. Expone que la Ley de Seguridad Interior tiene que establecer responsabilidades de autoridades, civiles y militares, así como prever castigos para los funcionarios que no cumplan con sus obligaciones de seguridad.
NUESTRA CASA
La cristiandad devota mostró sus devociones en todos sus templos.
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