El edil de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa Torres es ejemplo de que en política hasta que se está bajo un sepulcro puede darse por muerto.

Hace unas semanas su grupo y él mismo se encontraban sin brújula tras los agrios tragos que los consejeros del Movimiento de Regeneración Nacional propinaron con un portazo en la nariz al negarle un solo voto, y la negativa a ser encuestado para obtener una coordinación de organización.

En horas el panorama cambió, su compañera de vida y esposa Nancy de la Sierra está en la antesala de ser candidata como segunda fórmula al Senado de la República, junto a Alejandro Armenta Mier, el diputado federal que ha sabido acumular puntos en medio de una acusación por el presunto delito de uso indebido de funciones.

Nancy de la Sierra dejó al partido en el que no recibió ni un lazo en los últimos meses, sobre todo después de que fue zarandeada en la campaña para una diputación federal por Teziutlán en 2015, al grado de que algunos de los integrantes su equipo fueron amenazados o levantados.

Nancy de la Sierra y Armenta Mier fueron los más competitivos según una encuesta que este jueves les presentó el CEN en la Ciudad de México.

El miércoles el edil de Cholula había dicho en el programa Parabólica En Red que De la Sierra tenía luz propia y méritos suficientes para hacer política, que incluso la trayectoria de su pareja era más amplia que el propio presidente municipal.

No perdió la oportunidad de lanzar un dardo envenenado al ex gobernador Rafael Moreno Valle, por la pretensión de imponer a su esposa Martha Erika Alonso como candidata al gobierno por el Partido Acción Nacional.

Narró desencuentros como sucede en toda relación matrimonial, con un ingrediente poco visto en una relación marital: la política partidista. 

Nada de lo expuesto habría tenido sentido hace dos semanas si no es por el inesperado cambio en el escenario electoral de 2018, para el cual no existe una fórmula ni narrativa definida.