El jueves de la semana pasada grupos armados levantaron a dos jóvenes en el municipio de Tecamachalco.
Uno de éstos fue el de Óscar López Trujillo, de 19 años de edad, quien es sobrino del expresidente municipal de Tlacotepec, Enrique Ramos Bernardino, quien estudiaba la preparatoria.
Quienes se llevaron a Óscar, debieron de haberse comunicado con su familia y después lo ejecutaron con un disparo de escopeta que le desfiguró el rostro.
El cuerpo de este joven fue hallado en un tramo de la carretera que va de Cuacnopalan a Tlacotepec de Benito Juárez.
Las redes sociales de Tecamachalco dieron cuenta del secuestro, y dejaron entrever que los plagiarios trasladaron a su víctima en una camioneta cerrada de color blanco.
En esta misma camioneta y también el jueves pasado, un joven vendedor de quesos fue secuestrado por sujetos desconocidos.
El secuestro ocurrió en una las colonias de Tecamachalco.
El joven comerciante fue sacado por la fuerza por sujetos desconocidos, quienes lograron escapar.
Los dos secuestros ocurrieron en una zona donde abundan las cámaras de vigilancia, sin embargo, no existe una sola pista de los secuestradores y de la camioneta que tripulaban.
Y los dos secuestros no fueron todo lo que ocurrió ese jueves
En la carretera internacional que va de Cuacnopalan a Tlacotepec de Benito Juárez, fue abandonado el cuerpo sin vida de Óscar López Trujillo, de 19 años de edad, que murió al recibir un balazo en la cabeza, a manos de sujetos desconocidos
En la carretera que va de Tecamachalco a la población de Xochitlán, el jueves pasado vecinos hallaron los restos de un hombre que fue mutilado por sujetos desconocidos.
Sólo hallaron un torso y piernas; faltaban los brazos y la cabeza, extremidades que no han sido localizadas, pese a que en los alrededores los investigadores realizaron una intensa búsqueda.
En la zona de Xochitlán no es la primera vez que es abandonado el cuerpo de un ejecutado, de hecho, los vecinos han advertido de la presencia de grupos armados que circulan en camionetas de lujo y que escoltan otras camionetas que trasladan hidrocarburo robado.
Lo que extraña a estos vecinos es que es en esta población, donde vive el “Comandante Aguilar”, quien está a cargo de la seguridad del municipio de Tecamachalco.
Y le digo que estos mismos vecinos se preguntan cómo fue que este hombre llegó a ocupar tan importante cargo, si antes era el encargado de traer las tortas y los refrescos a Saturnino, el presidente municipal de Tecamachalco, quien después lo nombró su guarura y luego lo ungió como jefazo de los municipales.
¿Y la capacitación y el examen de confianza?
¿Por qué nadie de Tecamachalco ha pedido la renuncia de su presidente municipal ante tanta inseguridad?
Nos vemos cuando nos veamos.