1.- En el I, pronuncia el doctor Alexandro Gallardo Arroyo, el primero de abril de este parte del discurso reconocimiento póstumo, al re-institucionalizador-poblano doctor Alfredo Toxqui Fernández de Lara.  Prosigue el orador con esta II parte y concluye:

Cualquier crítica fue acallada con el descalificativo de “reaccionario”, “enemigo del pueblo”, hasta llegar a las expulsiones sin derecho a ser oído y de ahí a las fatídicas “catacumbas”, decretadas por el sectarismo y el dogmatismo.

En el otro extremo, la derecha en Puebla, procedente del viejo Yunque y las cámaras empresariales de los años 70as; tuvo similitudes con la izquierda en lo relativo al dogmatismo capaz de llegar al exterminio.

Desarrollando conflictos que por su intolerancia permitieron la justificación de su contraparte durante décadas.

La caída del doctor Gonzalo Bautista O’farril, había dejado muchas dudas, respecto a la provocación de aquel 1° de mayo de 1973, por el pago de las facturas previamente concertadas y las prerrogativas otorgadas a la “autonomía universitaria”.

Situación poco estudiada, por una burocracia que supone que es mejor dejar en el olvido “hechos lamentables”.

La verdad, es que el pasado, no debe dejarse jamás por concluido.

Bajo este esquema cayeron cinco gobernadores en el periodo del Presidente Luis Echeverría Álvarez: “Conflictos alentados desde los Pinos, en Sonora, Hidalgo, Guerrero, Yucatán y Puebla.  Tuvieron el mismo sello de violencia, y traiciones internas.

Era un mundo en que se organizaban golpes de estado y “guerrillas”, para desestabilizar gobiernos, incómodos, pero entrampados por el omnímodo poder presidencial.

Esta es la historia, aún no escrita de los años setenta ya que gran parte de lo dicho, es tendencioso, falso y justificante de posturas de diversos intereses del poder.

A 42 años de aquel abril de 1976, es tiempo suficiente para decir verdades y evaluar los hechos con elementos y que solo la sabiduría de los años pueden ofrecer.

 En esa época, quien les habla tenía 24 años, Licenciado en Economía y Director de la escuela Preparatoria Diurna Lic. Benito Juárez García.

Procedente de la experiencia transformadora del movimiento estudiantil de 1968 y crítico del rectorado más represivo que haya vivido la UAP. Lo que condujo a constantes enfrentamientos y expulsiones crueles e innecesarias.

La filosofía de la historia, distingue la memoria histórica de la historia formal.

Porque: nombra las cosas por su nombre y por eso nunca termina de decirse, lo que se debe decir.

En tanto la historia formal, reconoce a los personajes que permiten un relato justificatorio y omite a los derrotados, los olvidados, esos que solo sirvieron para ser carne de cañón y derribar gobernadores. 

Afortunadamente, ningún silencio es para siempre y es necesario revisar los polos opuestos del conflicto, valorar su consistencia y descubrir, lo artificioso que puede resultar la tensión entre la sociedad poblana y el poder político.

Donde la dinámica de la confrontación fue abonada con la sangre inocente de estudiantes y dirigentes universitarios.

La declaratoria de “desaparición de poderes” siempre fue precedida de conjuras, manipulaciones y tragedias cuyos actos, nunca fueron legales y mucho menos democráticos, al aplastarse sin miramiento a estudiantes que solo pedían cumplir con la Reforma Universitaria que planteó el uso de la lógica crítica para formular nuevas verdades.

El conflicto se presenta por el abuso y la intransigencia de una burocracia que no cumplió con el sueño de Reforma Universitaria.

La disputa entre el Partido Comunista-Rectoría y el Frente Estudiantil Popular, ampliamente posicionado en la Universidad se confrontan por las razones siguientes:

1.El doble discurso del PCM ante los universitarios y su relación con la Presidencia de la Republica

2.El crecimiento del movimiento estudiantil, ajeno al control de la burocracia universitaria, evidencio a un rectorado que pregonaba la “democracia”, pero destruía a las escuelas opositoras.

3.El manejo discrecional del presupuesto universitario.

4.La constante provocación en las escuelas donde el PCM no era mayoría y el estudiantado pedía cuentas claras (medicina, leyes, preparatoria diurna).

5.La expulsión del Dr. Guillermo Cabrera Candia, Director de la Escuela de Medicina y contra parte de Luis Rivera Terrazas, en la lucha por la rectoría en 1975.

6.La instrumentación de la Universidad-Partido, polarizó enfrentamientos hacia afuera y hacia dentro de la Universidad.

En ese contexto se decidió, tomar el Edificio Carolino, para manifestar el desacuerdo estudiantil ante la cerrazón del Partido Comunista y el Consejo Universitario.

NUESTRA CASA

Some day in some time, los políticos  encumbrados, aprenderán en otras revoluciones humildad con afectos populares ganados: “mandando obedeciendo a sus pueblos”.