Sería imposible contar las veces que este columnista exhibió los excesos cometidos por Víctor Carrancá.

Este fin de semana, un hecho violento conmocionó a la clase política de Puebla. Por el doble homicidio de Juany Maldonado y Érika Cázares, candidata y regidora del Partido Verde, respectivamente.

La indignación y la conmoción social creció, sobre todo porque una vez más, el ineficiente Fiscal General del Estado andaba de vacaciones; y así como cuando se dio el enfrentamiento entre huachicoleros y fuerzas armadas y policiacas en Palmarito Tochapan en mayo de 2017 que estaba abordando un avión con rumbo a Colombia; en esta ocasión andaba vacacionando por la Patagonia en el Cono Sur, donde se enteró de la detención por elementos de la Marina de La Reyna del Sur, en la madrugada del jueves y del doble asesinato de las militantes del Verde en la Sierra Norte.

Es evidente la irresponsabilidad y la falta de compromiso con los poblanos de parte del Fiscal Carrancá.

Sin embargo, la herencia maldita nos la dejó Moreno Valle y los diputados locales que le dieron un cheque en blanco a este personaje, el cual prescribe hasta el 2020.

En una columna de hace dos años, detallé la forma en la que se desmoronó la seguridad en un solo sexenio y pregunté: ¿Qué le sabe Carrancá al gobernador para mantenerlo en una dependencia que se pudre desde dentro?

Aunque la respuesta quizá nunca la conozcamos, la realidad es que dos años después sigue al frente de la dependencia.

Hoy más que nunca vale retomar esa columna, en la que describimos el estado que Rafael nos heredó.

“Contracara 26 de Mayo 2016

Un voto por la seguridad

Una de las asignaturas pendientes que dejará el gobierno morenovallista es sin duda la seguridad.

Por donde se le busque, el retroceso en esa materia es alarmante y lo que hasta hace pocos años, eran notas ajenas a los poblanos, hoy las vemos día a día: secuestros, ejecuciones y diversos delitos relacionados con el crimen organizado.

La razón es una y muy simple: que Moreno Valle decidió importar a funcionarios de otras entidades, para hacerlos responsables del área más importante y delicada de su gobierno.

Entre los secretarios de Gobierno, los de Seguridad Pública y el inefable procurador Carrancá, han desarticulado los sistemas de seguridad a grados que tienen a Puebla con el alma en un hilo.

Al final del sexenio se puede concluir que la llegada a Puebla de estos negros personajes trajo también a diversos grupos criminales, los cuales han encontrado en la entidad un paraíso terrenal.

Las cifras presentadas por Intolerancia Diario en su edición del lunes son más que elocuentes. Veamos.

Cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), revelan que en los últimos cinco años, en Puebla repuntó el secuestro hasta en más de un 50 por ciento, se disparó la extorsión y el robo de vehículos con violencia.

De 2011 a 2016, cada dos días, tres personas fueron asesinadas en Puebla y cada mes, fueron secuestrados dos individuos.

Desde que inició el sexenio morenovallista, cada 48 horas, en promedio, a dos ciudadanos les roban su automóvil con violencia y diario, siete son víctimas del hurto.

Secuestro

En los cinco años del gobierno morenovallista se registraron 196 secuestros denunciados, un promedio de 39 al año o tres cada mes.

A partir de 2011, aumentaron los casos o denuncias de secuestros: 63 casos. En 2012, hubo 29 reportes y 33 en 2013.

Para 2014 se registraron 33 denuncias de secuestro, misma cifra que en 2015, y tan sólo en el primer bimestre de 2016 se llevan registrados cinco.

Asesinatos

En 2011 se reportaron 619 homicidios dolosos, en cualquier punto de Puebla (el más alto para el estado, según la Secretaría de Gobernación Federal).

En 2012 bajaron a 578 los homicidios dolosos.

En 2013 se reportaron 409 casos y en 2014 la tendencia siguió a la baja: 338 asesinatos.

En 2015, los homicidios dolosos volvieron a repuntar. Se reportaron 499 casos. En el primer bimestre de 2016 ya se denunciaron 93 (un promedio de tres personas cada dos días).

Robos de autos

De 2011 a los primeros dos meses de 2016 se registraron 3 mil 258 robos de autos con violencia. Un promedio de 651 al año; es decir, 54 al mes o tres vehículos cada dos días.

Además, se denunciaron 13 mil 452 robos de automóviles sin violencia, lo que implica que cada año cerca de 2 mil 700 vehículos son hurtados. 224 al mes o siete diarios.

En 2011 se denunciaron 643 casos. En 2012 se registraron 747; 552 en 2013; 470 en 2014.

En 2015, se reportaron 698 casos. Entre enero y febrero de 2016, ya se denunciaron 148 robos de vehículo con violencia.

Extorsión

En el primer año del sexenio morenovallista se documentaron tres extorsiones. En 2012, el número de casos alcanzaron 454.

En 2013, bajaron a 258 los reportes ciudadanos y para 2014, bajaron aún más a 179, mientras el año pasado hubo 273 denuncias y para el primer bimestre de 2016, ya se contabilizan 39 en el estado.

La frialdad y dureza de estos números confirman el fracaso del gobierno estatal para mantener los niveles de seguridad que colocaban a Puebla como uno de los tres estados más seguros del país, en donde competían con Yucatán y Tlaxcala.

El problema es que pese a esta caída, el gobernador no ha sabido corregir y hasta ha premiado al peor funcionario de su administración a quien le ha garantizado su permanencia por cuatro años más al frente de la Fiscalía General del Estado.

 Y es en donde debemos preguntarnos: ¿Qué pecado cometimos los poblanos, para tener que padecer a Víctor Carrancá hasta el 2020?

¿Qué le sabe Carrancá al gobernador para mantenerlo en una dependencia que se pudre desde dentro?

Si Blanca o Tony quieren votos, que anuncien que Carrancá se largará de Puebla al día siguiente de su toma de posesión y quien lo diga, que cuente con mi voto.

Y estoy hablando muy en serio.”

A dos años de distancia, hoy todos —menos uno— piden la renuncia de Víctor Carrancá, incluida Martha Erika Alonso, quien parece ya no estar dispuesta a cargar con los pasivos de Rafael.

La declaración de la candidata panista puede tener muchas lecturas, pero lo que es innegable, es que la permanencia del Fiscal ya es imposible.

Y aunque legalmente la continuidad no depende del gobernador Gali, y requiere del Congreso del Estado, la renuncia de Carrancá debiera ser inmediata y contundente.

¿Tendrá la vergüenza y la dignidad para hacerlo, o hará oídos sordos apoyado en su padrino?

Veremos y diremos