Una voz desde el otro lado de la línea dijo ayer que Eukid Castañón fue el más afectado tras la muerte de Rafael Moreno Valle y de Martha Erika Alonso. En la misma línea están Cabalán Macari Álvaro; Jorge Aguilar Chedraui y Marcelo García.

La última vez que vi a Eukid Castañón fue en la víspera de la elección de gobernador en la que Tony Gali ganó con holgura a Blanca Alcalá, la ex embajadora de México en Colombia.

Era la segunda elección de gobernador en la que Rafael Moreno Valle iba a imponer su voluntad en el escenario local y perpetuar su proyecto. Ufano dijo que contaban con más de millón y medio de promovidos, lo que significaba un triunfo en automático para el candidato del sistema.

Ignoro si ese número promovidos se tradujo en votos en la elección de 2017, de lo que no hay duda es que él era el más eficaz y duro operador del aparato electoral que montó el finado Rafael Moreno Valle.

Y si la carta de retiro de la vida política que la víspera hizo circular es en efecto, lo que dice, habrá cumplido a cabalidad con una lealtad que antes expresó en público y en privado por el proyecto de Moreno Valle.

Lo hizo ayer con una carta en la que anuncia su retiro de la vida pública. Ya en los últimos meses habían versiones de esa intención, pero no se había materializado y eso alentó especulaciones en sentidos diversos.

Se fue para facilitar la voluntad de la Secretaría de Gobernación federal para abrir la puerta a un interinato afín del PAN que facilite condiciones de equidad en la contienda extraordinaria, sugieren unos.

Otros, que se trata de una farsa para mantener un perfil discreto y volver a la operación y pelear por preservar el control y dominio en Puebla; y las que más cobra vigencia: que se va como ya lo había dicho a sus cercanos.

La carta que ayer circuló no deja lugar a dudas. Siniestro dejó en su despedida epistolar un homenaje a quien lo hizo, y que ya no está en el mundo de los vivos. Fue congruente con su despedida.