Muy poco le ayudaron al ex candidato Luis Miguel Barbosa Huerta las “razones” que ofrecieron algunos diputados federales y locales lopezobradoristas este lunes, en una conferencia de prensa, para exigir que el ex senador sea nuevamente el abanderado de una alianza que encabece el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en la elección extraordinaria por la gubernatura de Puebla.

A pesar de ir en defensa de un político con muchísimos merecimientos y trayectoria en las grandes ligas nacionales, los y las legisladoras afines a su causa esgrimieron motivos simplistas y sentimentales sobre el por qué debe ir otra vez en la boleta.

Parecen desconocer sus capacidades y logros o lo disminuyen en sus méritos, frente a su adversario, el senador Alejandro Armenta Mier, cuando su mejor argumento es que se lo “merece” porque “ya lo fue antes y ganó”, porque “enfrentó al morenovallismo”, porque es un “luchador incansable”, porque “demostró el amor que le tiene a Puebla”, porque “es un gran hombre”, porque ya no quiere “que sufran los poblanos” y un largo etcétera de fijaciones sentimentales, muy alejadas de las razones políticas o profesionales.

La defensa de la candidatura del oriundo de Zinacatepec, en el Valle de Tehuacán, se redujo así a motivaciones estrictamente sentimentales. Un clamor por “justicia divina”.

Veamos: ¿acaso Alejandro Armenta no también enfrentó al fallecido Rafael Moreno Valle?

Es más, contra el hoy senador de Morena, quien logró casi 1.5 millones de votos, alrededor de medio millón de sufragios más que Barbosa, la persecución no solamente fue mediática, sino también jurídica y judicial.

La Fiscalía General del Estado, entonces encabezada por Víctor Manuel Carrancá, estuvo a punto de meterlo a la cárcel por delitos fabricados y ahora hay un proceso de contraataque en tribunales por ello.

Dijo este lunes el diputado local Emilio Maurer Espinosa que Luis Miguel Barbosa “se rompió la madre” en la campaña.

¿Acaso no lo hicieron también Nancy de la Sierra Arámburo y el mismo Armenta, quienes recorrieron el estado también respaldando la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador?

Que, por ejemplo, en su caso específico Maurer haya aprovechado muy bien el tsunami lopezobradorista y su campaña haya sido solamente de escritorio y una que otra entrevista, no quiere decir que los demás hicieron lo mismo.

En el terreno de los argumentos, bien hubiera valido la pena que los barbosistas en su conferencia de prensa de este lunes pusieran sobre el escritorio la trayectoria de ambos.

Barbosa es reconocido por aliados y adversarios como un gran estratega y un político que sabe conseguir acuerdos en momentos difíciles.

Ha sido diputado federal, senador y presidente del Senado, uno de los seis años del ejercicio que le tocó, pero siempre por la vía de representación proporcional.

La elección constitucional a la gubernatura de Puebla fue la primera en que estuvo en la boleta y la primera en que debió salir a ganar votos.

Ahora bien, Armenta ha subido todos los niveles jerárquicos de la política, la administración pública y la representación popular, pero siempre en elecciones, con el voto de los ciudadanos: alcalde de Acatzingo, diputado local, federal y senador, además de una amplia trayectoria en cargos gubernamentales y partidistas.

Esos son los argumentos que debieran pesar. No basta con hablan de lo “justo” que sería darle nuevamente la candidatura a Barbosa.

No es suficiente que, al unísono, lo defiendan desde lo sentimientos como el “candidato natural”.

Morena va a una campaña que, aunque parece sencilla y ganada de antemano, es una competencia.

Debe ir con el más competitivo, cualquiera que sea de ellos dos.