En las filas de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de manera precisa en el área destinada para la atención de robo a cuenta habientes, prevalece una indignación generalizada de los agentes al titular, quien es el jefe de grupo Álvaro Fernández y quien tiene la clave de Bronce.

La molestia general de todo el personal radica en que este jefe de grupo se dedica a cobrar todo tipo de permisos, ayuda e incluso órdenes a sus elementos, a grado tal de que dicen está desangrado al personal.

Lo más reciente de estos abusos fue que el jefe de grupo le pidió a cada uno de sus agentes le entregara 500 pesos para que les asignara el día que quisieran para el periodo de sus vacaciones

También exige dinero para quienes piden permiso para llegar tarde por algún problema familiar o personal, como ir al médico, o alguna diligencia, sin mencionar que pide dinero para quienes lleguen tarde o falten.

El jefe de grupo además no cumple con su trabajo de estar al pendiente de los asaltos a cuentahabientes, sólo pasa a firmar a la Fiscalía a las 8 horas y después se va a la Avenida Forjadores y la Vicente Guerrero, donde se dedica a extorsionar a comerciantes, principalmente a vendedores de droga o narcomenudistas.

Que sólo se dedica a hablar por radio y que ni siquiera acude al auxilio de sus compañeros, utilizando esta forma la manera de ahorrar la gasolina que le dan para realizar sus recorridos.

Este jefe de grupo Bronce, no es la primera vez que incurre en excesos y abusos, ya había sido suspendido 3 meses por su comportamiento déspota y abusivo

Pese a este castigo el jefe de grupo fue perdonado y regresó con los mismos abusos, además del que no puede controlar a su personal y carece de conocimientos para ostentar un cargo tan importante y delicado como ésta es la persecución e investigación a sospechosos de asaltos a cuentahabientes.

La petición de quienes enviaron la queja es que los mandos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), tomen carta en el asunto y cambien al jefe de grupo a otra área donde no nada daño a sus compañeros ni a la corporación.

Nos vemos cuando nos veamos