Desde su creación el Consejo de Organismos Empresariales nació como un ala del sector privado para hacer contrapeso al Consejo Coordinador Empresarial, un brazo de la derecha ideológica de la segunda mitad del siglo pasado en Puebla, manejado por los santones de la época. 

Más tarde el COE cayó en las manos de un grupo de empresarios con un olfato pobre y terminó por desdibujarse, hasta casi perderse en el escenario local junto con su presencia y voz en la toma de decisiones en la esfera pública. El vacío que dejó ese organismo fue acaparado por el conservador CCE y sus perfumadas cúpulas. 

Es conveniente hacer esa diferenciación entre los grupos empresariales en la escena poblana porque este martes, dos agrupaciones fueron anfitrionas de dos de los tres candidatos que contienden por la gubernatura de Puebla.  

Con el Sindicato Nacional de Empresarios de México que preside Francisco Romero, el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta. 

En otra escena, el candidato común del Partido Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, Enrique Cárdenas Sánchez con el Consejo Coordinador Empresarial. Por afinidad, podría decirse que de ese encuentro destacó la idea de hacer crecer la economía de Puebla a un ritmo de 5 por ciento anual, cosa que no está nada mal luego de años de mediocre desempeño y dinamismo. 

En el caso de Barbosa Huerta la escena fue más atractiva desde una perspectiva noticiosa. Junto al candidato Barbosa apareció por primera vez en años el constructor Aristeo Reyes Hernández, fundador del ala opositora al CCE: el Consejo de Organismos Empresariales. 

Reyes Hernández pasó de ser un próspero constructor a un discreto cabildero con diversos grupo políticos, lo que le permitió mantener un bajo perfil sin dejar la marcada influencia en un sector del empresariado, incluso en el régimen de Rafael Moreno Valle, condenado por el estilo dictatorial de ejercer el poder. 

En la reunión de Sindermex que preside otro ex dirigente del COE, Francisco Romero, ayer fue colocado a un costado del candidato de Juntos Haremos Historia, un hecho que no pudo pasar desapercibido para quienes conocen los reacomodos que se viven en el ámbito empresarial. 

Barbosa no sólo lo tuvo a un costado, sino que tuvo palabras elogiosas para el anfitrión, Francisco Romero por haber simpatizado con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) desde la primera campaña en 2018, frente al sistema impuesto por el fallecido ex mandatario panista. 

A ellos les recordó que hubo un tiempo en la historia reciente de Puebla en la que “hasta hace poco en Puebla, nadie podía levantar la voz pues se vivía bajo un gobierno autoritario (...) se fueron deformando las cosas mediante excesos de los gobernantes, lo que ocasionó que mucha gente tuviera miedo a protestar".

La línea discursiva de la campaña de la coalición Juntos Haremos Historia se ha reiterado la necesidad de cambiar la forma de ejercer el poder y de dejar de utilizar los mecanismos del estado para perseguir a los hombres de empresa. 

Romero Serrano de un costado y Reyes Hernández del otro, podría adelantarse que entre ellos dos podría estar el Pancho Romo de la nueva administración estatal, aunque desde luego, primero deberá pasar la prueba de las urnas, que no es poca cosa.