1.- El defecto máximo que le han encontrado al PND, los especialistas: académicos, comentócratas, asociaciones civiles e inversionistas refiérese a que no fue elaborado en la forma ortodoxa de los pasados sexenios, donde los números, estadísticas, gráficas: horizontales, verticales, diagonales, radiales o parabólicas, todas bellamente impresas y coloridas decían “que bien marchaba la macro-economía, “que pronto”, decía Fox: “aterrizaría en los bolsillos de los mexicanos”.

2.- Jamás existió tal aterrizaje, ni con él, ni con Calderón, ni con Peña nieto. Y si duda hay, vea la diaria información impresa, de TV, radio o digital y entienda —a mí me costó mucho trabajo—: “¡que las cosas son como son, y no como deben ser!”.

3.- El señor presidente de la República, aportó parte de su ideal al PND, sobre la base que hecho está para “generar bienestar”, no para dar buenas noticias solamente a la gente muy opulenta.

4.- “La nueva planeación” que contemplada no está hasta ahora por el gobierno federal —sumamente centralizado como siempre—, debe partir del Plan Municipal de Desarrollo, construido por las opiniones, estudios, análisis, programas con  proyectos, de las sociedades municipales convocadas e incitadas a diseñarlo, fijando metas inmediatas, de mediano y largo plazo, toda vez que la re-elección de los gobiernos locales llamados también ayuntamientos existe, y con ella la extensión cronológica para ejecutar el plan propuesto.

5.- Sin adornos verbales, los municipios -sus sociedades y gobiernos-, son la base piramidal de la organización administrativa. No existe un ser humano en México que no posea oriundez básica municipal, incluyendo las novedosas alcaldías de la CDMX que con ellas son casi dos mil quinientas en todo el país.

5.1.-  Sobre estas 2,500 los 32 planes estatales deben montarse para procurar el “bienestar” poblacional,  respetando e integrando en uno solo, las políticas públicas indispensables para desarrollar socialmente a todas las comunidades de cada estado federado.

5.2.- Este simple montamiento tiene una gran complejidad para los ajenos a la política  partidaria electoral. Ésta, posee tales intereses grupales e individuales, nacidos de intereses $$$ y mentales, que al Ser funcionarios pesan como plomo en los planes de trabajo administrativo.

6.- La Planeación Democrática municipal, “democratizada”: con un buen reglamento de “Participación ciudadana” —como establecido está en el vigente artículo 115 Constitucional federal—, será una detente eficaz contra la corrupción municipal (la de los moches del 10% al 20%), y también aniquilará las improvisaciones caprichiles de los gobernadores o de la federación-  por medio de sus Secretarías del Gobierno Federal- grandes constructores de caminos, que bien conducen a los conductores más rápido simplemente de origen-destino, pero no desarrollan económicamente a las regiones contabilizadas como beneficiados, pues no existen ni productores -origen- ni consumidores -destino-.

6.1.- Aquí cito los grandes puentes de costos multimillonarios facturados en zonas de cero desarrollo.

6.2.- Mención especial merece, señalar que los recursos nacionales que son del 6% del tesoro destinado a los gobiernos locales llamados también ayuntamientos, “lo que hace la mano lo hace la tras”: Gastan, derrochan, a criterio del alcalde —solamente—, en arreglar una calle ¿leyó bien?, colocar una llave de agua, arreglar el zócalo municipal  anualmente gastando sumas de cientos de miles o millones sin atender a la planeación.

6.3.- Obvio, que la “democratización” municipal, debe aterrizar en la búsqueda de sumar las inteligencias normales de los vecinos al talento creativo de los integrantes de los ayuntamientos, capacitación, adiestramiento productivo: animal, forestal, frutícola, acuícola de aguas interiores, minero, o especializado en plantas curativas, de ornato o de cocina, ni mucho menos, ni idea de procurar atenciones a los negocios familiares, micro o pequeño empresa útiles en las  comunidades municipales.

6.4.- Adósele la ausencia de promociones culturales, distractivas o de convivencia bajo la inexistente cultura de la Solidaridad, para apreciar el caprichismo gubernamental o el “ahí se va”.

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Todo mundo sale al combate por la memela, otros por el bistec, menos por el filete, más menos por el salmón, pero sonrientes. Así el poblano avanza.