La primera vez que Luis Miguel Barbosa, virtual gobernador electo de Puebla, habló en público de llevar a la cárcel a Rafael Moreno Valle fue el viernes 8 de diciembre de 2017, en una comida en La Tocinería del Centro Histórico. Era entonces coordinador de Organización de Morena, un cargo considerado la antesala para ser candidato en ese tiempo.

Lo escuchamos un grupo pequeño de periodistas entre quienes estábamos Rodolfo Ruiz, director de e-consulta y los columnistas Jesús Manuel Hernández, Alejandro Manjarrez, Gabriel Sánchez Andraca, Patricia Estrada y Raúl Torres Salmerón. Y desde luego su leal colaboradora, Verónica Vélez, futura coordinadora de Comunicación Social.

Muchas cosas han sucedido desde ese día que dijo convencido que el ex mandatario que pereció el 24 de diciembre, se había convertido en una figura tóxica hasta para el grupo que lo protegía, encabezado por el ex presidente Enrique Peña Nieto.

Ya con triunfo en la bolsa y tras 18 meses de aquel propósito decembrino, Barbosa Huerta volvió a la carga convencido de que debajo de la alfombra del régimen morenovallista se acumulan montoneras de basura imposible de soslayar, actos de corrupción que no está dispuesto a dejar pasar.

Otra vez, pero en esta ocasión frente a un grupo más numeroso de periodistas, unas horas después de haber ganado la contienda del domingo 2 de junio, reiteró los principios básicos del viejo propósito: castigar a quienes al amparo de una responsabilidad en el gobierno, propiciaron manipulación de presupuestos, pagaron bienes y servicios a sobre costos o dispensaron favores a proveedores “de casa” o constructores consentidos.

Criticó el uso del presupuesto para el pago de la deuda de los llamados Proyectos de Prestación de Servicios (PPS) o Asociaciones Pública-Privadas (App’s) que permitieron construir obras emblemáticas de régimen panista del extinto senador.

Eso explica las auditorías que en este momento realizan cuatro despachos a diversas instancias gubernamentales en la entidad. Contadores de las firmas contables hurgan, contrastan y estudian las áreas en las que se ejercieron gastos en Infraestructura, Salud y Educación.

Como en el pasado, el virtual gobernador no parece estar dispuesto a dejar pasar abusos cometidos en el pasado. Los periodos en que gobernó el ex mandatario son analizados con lupa. Una voz desde el círculo del virtual gobernador dijo al autor de la Parabólica: ‘te puedo asegurar que será la línea de trabajo de los años por venir’.

Desde que comenzó con la narrativa en la comida decembrina de 2017, no ha variado un centímetro y más que perdonar, se aprecia con claridad el empeño por buscar culpables. Mismo infierno, pero diferente diablo, pues.