Fueron casi ocho años en los que estuvo al frente de la hoy Fiscalía General, Víctor Carrancá, el hombre de confianza de Rafael Moreno Valle. El brazo ejecutor que se dedicó a crear Carpetas de Investigación en contra de opositores al régimen y encarcelarlos, antes que a combatir el crimen en Puebla.

Ayer cuando se presentó Gilberto Higuera, el encargado de despacho, ante los legisladores pudimos comprobar lo que tantas veces denunciamos desde las páginas de Intolerancia Diario.

En Puebla teníamos una fiscalía digna de hace cien años, o para decirlo más claro, una dependencia peor que las del tercer mundo, donde por ejemplo, sólo les habían cambiado de nombre a los agentes judiciales -por ministeriales- pero su esencia no había cambiado.

En la mesa de trabajo, que no comparecencia, Higuera Bernal detalló que fue el propio fiscal con licencia -Víctor Carrancá- quien cerró ocho de las 22 agencias del ministerio público lo que aunado al despido masivo de personal ocasionó que la dependencia se volviera sólo una oficina del morenovallismo para callar al opositor.

Casos donde la Fiscalía estuvo a las órdenes de Rafael hay muchos, el de Simitrio es uno de ellos con la fabricación de delitos, o los detenidos de Chalchihuapan, la detención del anciano Delfino Flores Melga que incluso falleció dentro del Cereso de San Miguel aunque se había pedido el traslado a su casa debido a su edad y su delicado estado de salud.

No podemos olvidar que en la entonces procuraduría a cargo de Víctor Carrancá se fabricó el delito grave en contra de la líder indígena Enedina Rosas opositora a un gasoducto, y se le llevó a proceso por presuntamente haberle robado un teléfono de 200 pesos a uno de los ingenieros de la obra.

En ese como en otros casos se demostró que las acusaciones inverosímiles fueron falsas. De inicio resultaba increíble que una mujer de la tercera edad hubiera golpeado al joven proyectista que además estaba acompañado de sus colegas y ayudantes, para arrebatarle un teléfono móvil que difícilmente sería el que usaría un ingeniero.

Otro dato revelador que dio a conocer el encargado de despacho, es que de los 25 delitos que contempla el Código Penal de Puebla, solo hay especialidad para cinco o seis, el resto queda al buen juicio de los agentes.

Así vemos como la herencia que nos dejó Moreno Valle a través de su fiscal carnal fue una inoperante y corrupta fiscalía que obstaculizaba la presentación de denuncias por parte de las víctimas para presumir y maquillar cifras en las que se decía que Puebla se mantenía con un bajo índice delictivo.

Ahí está el más reciente estudio de México Evalúa que sitúa a la Fiscalía de Puebla entre las 10 que más maquillan las cifras de homicidios.

De ahí que uno de los retos en los próximos meses será hacer una limpia a conciencia de todos los personajes que se han servido de la Fiscalía General antes que atender a la ciudadanía.