He escuchado un montón de frases a lo largo de mi vida, algunas sentencias creadas por poetas o pensadores reconocidos y otras que nacieron en algún desconocido lugar del país.

La sentencia está dirigida a aquellos que tenemos sesenta o más años y dice: “nunca dejes que un viejo se instale en tu mente”. Wow! , que fuerte y que sabio.

Si piensas en las características que definen a una persona mayor: son seres que a lo largo de la vida, ya han pasado por un gran tamiz de emociones y experiencias y que han sido programados para nacer, crecer, enfermar y por último, morir como un bulto que solo estorba; lleno de achaques y necedades que se cree dueño de la verdad única y sin sueños, porque piensa que la muerte está a la vuelta de la esquina, que es mejor permanecer inmóvil rumiando su soledad.

El joven, en cambio, es “inmortal”, a él nunca le puede suceder nada malo, la vida es una aventura, a veces peligrosa, pero al fin una aventura emocionante, el no puede enfermar y sueña y crea un mundo único y diferente  que vive todos los días.

Los mayores tenemos una oportunidad más rica, porque ya vivimos la hermosa experiencia de la “inmortalidad”, ya sabemos lo que es soñar, la emoción de creer y de crear un mundo donde la vida es una aventura interminable: vivimos.

Así que, si ya “no te cueces al primer hervor”, desinstala al viejo que se azota en tu mente, Incomprendido y lleno de achaques; porque esta vida es para él un “valle de lágrimas”…Vive, sueña, cree otra vez: Me “caí” que, sí se puede.