A raíz de unas declaraciones del vicepresidente del gobierno de España, Pablo Iglesias, donde cuestionó que la Fiesta Brava sea cultura, los taurinos españoles se han unido con una gran fuerza. No recuerdo una unión de esa magnitud, ni siquiera cuando se prohibieron las corridas de toros en Cataluña.
El vicepresidente afirmó: "Me incomoda que se reivindique la tauromaquia como una práctica cultural".
El objetivo de los animalistas, como Iglesias, es imponer un pensamiento único, una homogenización donde impere el gregarismo y la insolidaridad.
Para enriquecer los argumentos de los taurinos, vale la pena recordar que la palabra cultura deriva del latín "cultivo o crianza". El verbo del que proviene es "colere", cuyo significado es cultivar o habitar. El concepto etimológico de este vocablo es el cultivo de la tierra, que se ha ampliado al cultivo de las personas.
La corrida de toros es la consecuencia milenaria de un proceso cultural en donde el toro ha sido un símbolo y un protagonista. Cesáreo Sanz Egaña, veterinario, investigador, historiador y escritor, explicó que el toro de lidia es la única y original aportación de España a la zootecnia universal. Por tanto, un patrimonio genético que debe ser preservado.
Es decir, negar que una actividad rural antiquísima como la crianza del toro bravo sea cultura, equivaldría a negar la palabra "cultura" desde su origen etimológico.
Por otro lado, en una corrida de toros se aprecian valores estéticos como la elegancia, la gallardía, la armonía de movimientos, las formas y los volúmenes equilibrados. La tauromaquia tiene una mezcla entre las artes clásicas y las artes populares. Para Francis Wolff el toreo "da a los profanos las más inmediatas emociones y a los cultos las más refinadas conmociones, que corresponden a las artes más ‘estéticamente correctas’. Y da a todos, a la par que la tensión permanente debida al riesgo de muerte, el alivio transfigurado debido a la belleza" ("50 razones para defender la corrida de toros", argumento 42).
La tauromaquia tiene una fuerza creadora distintiva, pues inspira a otras artes. De la corrida de toros derivan múltiples prácticas que difieren de las culturas dominantes y de la superficialidad que se ha vuelto la norma en muchas sociedades globalizadas.
Lo esperanzador de lo sucedido esta semana en España es la solidaridad y la unión de los profesionales. Han aparecido fotos de toreros, ganaderos y aficionados con tapabocas con una leyenda que dice "la cultura no se censura". Esperemos que sea el inicio de un movimiento que se extienda a todos los rincones taurinos del mundo para evitar la manipulación tramposa de los animalistas.