México sufre la más seria polarización de su historia reciente. Argumentos clasistas, racistas, de odio y hasta económicos son utilizados por unos y otros para tratar de descalificarse mutuamente. En medio ha quedado la población, en especial la que hoy no tiene comida qué llevar a la mesa familiar y tampoco tiempo qué perder, sin embargo, su clase política está ocupada en “otros pendientes”.

Para nadie es ajeno que las diferencias se han profundizado y con ellas la intolerancia, los enfrentamientos y la violencia. México no puede seguir esa ruta.

La retórica clasista degrada la democracia, a las instituciones y a la propia población, la cual hoy es blanco no sólo de un virus que nos amenaza y nos recuerda nuestra mortalidad, sino también de una crisis económica cuya gravedad está por verse pero que, por lo pronto, ya se ha cobrado un millón de empleos formales y un número mayor de empleos informales.

En este contexto, la división es el mayor riesgo que puede sufrir la sociedad mexicana, cuando en realidad debe privilegiarse la unión de esfuerzos, la empatía, la solidaridad y la coordinación. Solos no llegaremos a ningún lado, unidos no tendremos límites.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) hace un llamado a hacer un lado las estrategias electorales que buscan medrar con la tragedia que vivimos los mexicanos y hacer equipo, uno solo, a favor de México.

Es momento de dejar atrás la ausencia en la cual han permanecido desde el 1 de diciembre de 2018 las y los secretarios de Estado. Cada uno tiene funciones concretas de gran importancia para todo el país.

Los proyectos de infraestructura no pueden centrarse en un tren, una refinería y un aeropuerto, pues la pandemia ha evidenciado que es más urgente atender la salud, educación, seguridad y economía de los mexicanos. Para ello, es necesario el desarrollo de un plan estratégico y de mediano plazo para afrontar la pandemia que seguirá determinando nuestra vida durante los siguientes años.

Gran parte del empleo en México es generado por micro, pequeñas y medianas empresas que no se encuentran registradas en el IMSS, pero requieren del apoyo gubernamental para seguir creando fuentes de trabajo. Por ello, el PRI exige que sean contempladas en los esquemas de apoyo directo.

Los meses más difíciles están por venir. La crisis económica apenas inicia, por lo que las fuentes generadoras de empleo requieren de prórrogas en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Por solidaridad, el gobierno mexicano no puede cobrar recargos.

Se ha perdido de vista que la mala alimentación de la población no ha permitido que su sistema inmunológico reaccione oportunamente ante el coronavirus 19. El PRI exige que sea restablecido el programa social de comedores comunitarios en las zonas más amenazadas por el hambre y la pobreza en México.

Ya es tiempo que los políticos guardemos silencio y escuchemos a la población que emitió su voto para resolver problemas, no para crear más.

El PRI siempre será un factor de unidad y apoyo a la población, no de polarización.