Los casos confirmados de COVID19 en México, ascienden a 385 mil 036 y las defunciones a 43 mil 374 hasta este 25 de julio del año en curso; presentan una tendencia creciente de acuerdo con información oficial publicada.

Apenas el pasado jueves 23 de julio, la Secretaría de Salud, en su informe técnico diario, registró 8 mil 438 casos de contagios, máxima cifra para un día desde el inicio de la pandemia.

Independiente de que sean cifras reales o maquilladas como algunos mal pensados comentan, se observan mayores incidencias en áreas densamente pobladas como Iztapalapa y Puebla capital, además de riesgos de rebrotes de la enfermedad en las zonas turísticas.

Esta pandemia ha tenido graves consecuencias en la economía; ha afectado a todos los sectores, principalmente el agropecuario, gastronómico, cultural, deportivo, de transporte, construcción, turismo, educativo e industrial, entre otros.

Es una situación de alerta mundial que tiene mayores efectos sobre quienes padecen enfermedades derivadas del sobrepeso y la obesidad y, por ello, se relaciona directamente con la alimentación y el estado físico previo.

Pero también influyen las condiciones de convivencia diaria, las concentraciones humanas, el hacinamiento de las familias o la falta de agua para las necesidades diarias de consumo e higiene.

Vivienda digna y agua aún siguen siendo un gran problema.

El Gobierno de México a través del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Salud, ha promovido el uso de cubrebocas, lavarse las manos, protegerse con el codo al estornudar o toser, evitar el saludo de mano, mantener limpios los espacios de trabajo, confinar los cubrebocas usados en bolsas herméticas y cuidar el espacio entre las personas.

No obstante, muchas voces coinciden en que la recomendación del cubrebocas por parte de las autoridades sanitarias federales ha sido confusa. Se maneja como el funcionamiento de las luces intermitentes de los automóviles, a veces sí y a veces no.  

Y este manejo en la recomendación del cubrebocas para prevenir los contagios, empieza con el mismo presidente de la república quien no lo usa porque no hay evidencia científica que así lo indique, según le han dicho los encargados de la salud que él nombró en su gobierno.

Olvida el presidente que el liderazgo es ejemplo y que la sociedad siempre está esperando lo que diga y haga su líder.

Yo vi al presidente ponerse un cubrebocas cuando fue a Estados Unidos. ¿Será porque allá si respetamos las normas y aquí no?

Olvida el presidente que los principales aprendizajes se dan por imitación. Las personas aprenden haciendo, al ver a otros hacer las cosas. Y si no funciona totalmente, no hace daño y de algo servirá.

A mí, al principio, se me olvidaba usar el cubrebocas por la falta de costumbre, por la incomodidad; los primeros modelos apretaban mucho las orejas, tenía yo problemas para respirar, me molestaba el calor o se me empañaban los lentes.

Y así fue durante las dos primeras semanas. Después empecé a utilizarlo cotidianamente, cuando comprendí que era por mí, pero que también se trataba de proteger a los demás.   

En las campañas de concientización social, generalmente se olvida que la escolaridad de la población es reducida. Estamos hablando de una sociedad mexicana con sólo 8.3 años de escuela, pero sus sectores de mayor edad promedian solo 3.3 años. Ahí están también los 5.5 millones de familias que por su nivel de pobreza son apoyados con programas de asistencia social o los 3.3 millones de campesinos que eran beneficiarios del anterior programa Procampo.  

Si la pandemia tiende a empeorar, el papel preventivo tiene una función fundamental para contener y revertir los contagios y, de acuerdo con lo reportado en otros países como China, Alemania o Corea del Sur, el uso del cubrebocas debe ser algo casi obligado en esta llamada nueva normalidad, que muy anormal se vislumbra.

Por lo anterior agradezco a quienes nos cuidan aplicando las medidas preventivas. No es por uno, es por todos los demás.

Felicito a la Organización Editorial Mexicana por la campaña de promoción del uso del cubrebocas y a todos quienes hoy lo están impulsando.

Lo que haces por los demás, lo haces por ti mismo.