El dicho que reza la ropa sucia se lava en casa, no puede ser aplicable en la Fiscalía General del Estado, porque no hay quien lave, todos ensucian y el encargado brilla por su ausencia.

Don Gilberto Higuera Bernal, Fiscal General del Estado, se ha tomado en serio lo de ausentarse de sus actividades, ya sea por vacaciones o prescripción médica, por lo del Covid-19, y no se hado cuenta o no se quiere dar cuenta que los recursos que maneja la institución alguien se está embolsando gran parte, a través de ventajosos negocios, con todo y facturadas alteradas o inventadas.

Basta ver los negociazos que se han aventado a través de mañosos cuentas donde además se quedan con el cambio.

Un ejemplo es la compra de los cubre bocas que tienen un costo de 2.50 pesos cada uno y que fueron pagados a 6 pesos cada unidad, tomando en consideración que fueron adquiridos en considerables cantidades, para la atención de todo el personal de la Fiscalía, mientras dura la pandemia.

Otro negocio, de los muchos que se pueden comprobar a través de una auditoria a la FGE es de los garrafones de agua, que cada uno estaba planeado con un costo de 19 pesos por garrafón y ahora, en un supuesto cambio de proveedor, los están pagando a 26 pesos e imagine el lector cuantos garrafones se gastan por día en todas las instalaciones.

Si gusta le comento otro, el de la limpieza, antes se pagaban 500 mil pesos por el aseo, que incluía a personal e insumos y ahora tienen que pagar un millón de pesos, pero solo personal, lo demás ya viene aparte, además del abandono en que se encuentran oficinas y baños.

Existen varias factureras que son utilizadas para cubrir las tranzas, quien efectuó la queja por esta felonía también anexo parte de estas, en una fotografía que le presento.

Y existen otros negocios más que se han realizado con los recursos con que cuenta la FGE, a espaldas de un Fiscal que sigue de turista en su misma oficina.

 

 

 

 

 

La falsedad de un médico investigado por aborto

Usted debe de recordar al doctor José Miguel González Moreno, es blanco de una investigación por el delito de aborto que aún no concluye la Fiscalía General del Estado (FGE), porque está en puerta la resolución del expediente que tiene la Comisión Estatal de Arbitraje Médico (Cesamed), en su contra, por haber provocado un aborto a Paola Donaji, de 14 años de edad.

El caso se sigue vendiendo dentro del expediente AP/71/2016/NORTE/DMZN-MIV, del antiguo sistema acusatorio y no ha sido consignado ante un Juez Penal por múltiples razones, las primeras por los amigos que el galeno tiene en la Fiscalía y que evitan el avance y otra más es el reporte que primero le comente del Cesamed.

Pero mientras esto sucede, ya han sido documentadas otras quejas en su contra como la de Daniela, quién fue su paciente y quién denunció ante una entrevista en el Canal 13, haber sufrido violencia obstétrica durante la atención de su embarazo.

Otro más es el señalamiento de la Asociación Civil Nacer es mi Derecho, presentado a través de su directora Mariana Igartua, sobre la paciente Andrea B, a quién le recetó un medicamento para abortar porque supuestamente su bebé no tenía posibilidades de vivir, lo que jamás le creyó.

La joven mujer terminó por atenderse en el Seguro Social, donde su bebé nació perfectamente sano y sin ninguna complicación como le había dicho este doctor.

Pues ahora resulta que este mismo doctor se está haciendo pasar por especialista en ginecoobstetricia, utilizando a su favor un HOMONIMO que tiene registrada su cédula profesional 0023367 de ESPECIALISTA EN GINECOLOGIA Y OBSTETRICIA de la UAM y su cédula 1002899 de LICENCIATURA EN MEDICO CIRUJANO DE LA UNAM, siendo otra persona totalmente distinta, lo que en breve le va a significar otra denuncia que ahora sí no va a poder ser obstaculizado por sus amigos que tiene en la Fiscalía.