Durante los primeros minutos de la madrugada del martes 13 de octubre, un vehículo de características aún no reveladas llegó a una de las casas de Calle Comonfort, esquina con Díaz Mirón, del segundo barrio de Huejotzingo, de donde bajaron sujetos desconocidos, que sin más dispararon armas de fuego contra la fachada, para luego retirarse de inmediato.

La casa baleada es propiedad de Carlos Alberto Morales Álvarez, diputado en la XL Legislatura del Congreso de Puebla por el Partido Movimiento Ciudadano, además de ex-presidente municipal de Huejotzingo.

 

Quienes encabezaron la agresión armada, sabían de antemano que la casa estaba sola y que solo un velador en esos momentos la cuidaba, por lo que solo cumplieron con el mandato de llevarle un mensaje al legislador, mensaje que indica que está en "la mira".

Entre quienes podrían ser los autores del mensaje con olor a plomo se encuentran quienes en los primeros días del mes de julio del 2019, levantaron, torturaron y ejecutaron a su cuñado Luis Fernando Tinoco Cervantes, delegado de Gobierno del estado, que el 21 de julio apareció en el interior de una de dos fosas clandestinas, ubicadas en Santa María Tianguistenco, del mismo municipio.

Pese a que el gobierno de Puebla sostiene que los responsables de ese crimen y otros más se encuentran presos, aún existen casos sueltos que hacen suponer que los disparos a la casa del diputado llevan un mensaje donde le advierten que abandone las investigaciones del violento crimen.

En la carpeta de investigación del caso se encuentra en lista para investigar a Rubén Ríos Ramírez, ex comisionado de Seguridad Pública de Huejotzingo, pero que aún sigue cobrando como flamante asesor de seguridad de esta administración municipal.

Nada más hay que recordar que en Huejotzingo hay todavía muchas facturas que se deben cobrar, entre estas el levantón y ejecución de tres estudiantes de medicina universitarios y el conductor de un Uber, que no ha sido aclarado en su totalidad y otros aberrantes crímenes que fueron enviados al archivo muerto.

Inteligencia del estado mayor en Tecamachalco

El nombre clave es Adrián, el capo que pasó a ocupar un lugar importante en el Atlas Delictivo del gobierno de Puebla, está a cargo del robo de hidrocarburos y del asalto a camiones del transporte, entre otros.

Este mismo personaje fue el blanco de un comando, presuntamente del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes la madrugada del domingo 11 de octubre intentaron asesinar, al ubicarlo fuera de un Oxxo, tomando cervezas, en el barrio de San Juan, del municipio de Tecamachalco.

Adrián es sucesor de El Panes, un mando del crimen organizado levantado y ejecutado por un comando filial a Adrián, actualmente objetivo militar, quien con su captura va a llevar al esclarecimiento de muchos hechos de violencia, además de que se va a desenmascarar a quienes le vendrían protección.

Desbandada de malandros

Personal de inteligencia del Estado Mayor del Ejército Mexicano, llegaron a Tecamachalco con un grueso expediente bajo el brazo.

En el expediente llevaban las direcciones y lugares de dónde se ubican jefes de grupos delictivos que operan en la región, por lo que de entrada pidieron y la policía municipal fue desplazada de los operativos que iban a realizar.

Durante la mañana y tarde del miércoles 14 de octubre, varios domicilios fueron visitados por fuerzas militares, con el apoyo de policías estatales y ministeriales, pero resultó que los delincuentes habían escapado, alguien les avisó que venían por ellos y decidieron poner kilómetros de distancia para no ser detenidos.

¿Quién les dio el pitazo?

Nos vemos cuando nos veamos.