El viernes pasado la morenista, Estefanía Rodríguez Sandoval, presentó una iniciativa para reformar la ley en materia de salud. En síntesis, la propuesta busca despenalizar el aborto, dejar de criminalizar a las mujeres y garantizar espacios dignos y de calidad para quienes decidan libremente interrumpir el embarazo.

La promesa de campaña lleva dos años como uno de los grandes pendientes de los diputados a pesar de que la coalición Juntos Haremos Historia se decía de izquierda y cuenta con la mayoría necesaria para hacer realidad el derecho que colectivos y ONGs exigen desde inicios de este siglo. 

Aunque se aplaude el esfuerzo de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, uno se cuestiona por qué no se atienden las propuestas que ya existen en la congeladora precisamente para abordar el tema.

Y para los que se persignan cada que ven un pañuelo verde, les recuerdo que la reforma sólo busca garantizar un derecho, si usted no es partidario del aborto, simplemente no tiene que realizarlo. La ley permite que se consuma tabaco o alcohol libremente y no por eso, todos somos fumadores empedernidos o borrachos de cantina.

A los poblanos sólo nos queda esperar si esta vez las y los diputados tomarán al toro por los cuernos, si discutirán y aprobarán una ley acorde a las necesidades actuales o simplemente volverán a cerrar los ojos y esperarán a que les vuelvan a corregir la plana y los obliguen a despenalizar el aborto, como sucedió en el tema de los matrimonios igualitarios donde lejos de lo que presuman, simplemente no tuvieron más remedio que acatar un mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Veremos y diremos

Una tomadura de pelo… 5 años después

Fue una tomadura de pelo… Eso solamente sucede en nuestro país. Dónde se ve que una investigación la haga un fiscal nombrado por el inculpado, solo en México… ¿Yo no sé quién estaba esperando otro resultado?”, esas frases que bien podrían aplicarse al caso de Pío, fueron pronunciadas hace cinco años, en agosto de 2015 por Andrés Manuel López Obrador para criticar la exoneración de Virgilio Andrade al expresidente Enrique Peña Nieto.

Pese a su cansado discurso de combate a la corrupción así como su repetida cantaleta de que no son lo mismo que los políticos del pasado, AMLO está repitiendo los errores que fustigó a su antecesor.

Seguramente el hoy presidente debió morderse la lengua cuando escuchó que Santiago Nieto exoneró a Pío tras los videos donde se observa a su hermano recibiendo dinero de David León para apoyar al Movimiento Regeneración Nacional.

No encontramos nada que fuera significativo”, dijo el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, sobre el video del cual se ha reconocido su autenticidad.

La declaración de Nieto Castillo sorprende porque no se trata de ningún improvisado. Es un hombre con vasta experiencia. Es autor y coautor de seis libros, todos ellos en materia electoral, además fue el titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (Fepade) entre 2015 y 2017.

El hoy funcionario de la 4T dejó la Fepade luego que a la luz del Caso Odebrecht acusó mediáticamente presiones de Emilio Lozoya Austin para que lo declarara inocente de los casos de corrupción electoral que se le imputaban.

¿Por qué en 2017 sí encontró delitos electorales por parte de quienes recibieron dinero para apuntalar campañas presidenciales y ahora, en 2020, su criterio cambió?

¿Será que la Cuarta Transformación también trastocó al exfiscal que se convirtió, en este sexenio, en el brazo armado en contra de los enemigos políticos de Andrés Manuel?

AMLO y sus lacayos resultaron igual de corruptos, pero doblemente cínicos.

Ni más, ni menos.