La buena relación de Alejandro Armenta con el líder nacional de Morena, Mario Delgado, quedó manifiesta ayer en las redes sociales del senador, quien sabe que podrá colocar a varios de los suyos o departir candidaturas.
Más allá del juego que inició el senador amagando con buscar la candidatura a la alcaldía de Puebla, que evidentemente no es su objetivo real, es un hecho que su cercanía con Delgado le permitirá colocar a sus principales cartas en lugares estratégicos.
Las fotografías posteadas ayer sobre la reunión de trabajo con los delegados estatales de Morena en Puebla demuestran, más allá de los dichos, la complicidad entre ambos políticos.
No es gratuita la frase aquella de: “en política vale más la complicidad que la amistad”.
Hasta ahora, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena tiene el compromiso de mantener un equilibrio en Puebla, por lo que, además de consentir que Miguel Barbosa coloque a sus incondicionales, dará espacios para que el senador también pueda incidir en la toma de decisiones.
De esta manera, considera el CEN, se garantizaría que ambos liderazgos organicen sus ejércitos para la batalla electoral del seis de junio, al tiempo que evitarían autodestruirse, en un partido que ha dado visos de ser un barril de pólvora con la mecha encendida.
La silla municipal pasa por el dedito de YSQ
En los últimos días la lista de las y los morenistas que directa o indirectamente se apuntan para buscar la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Puebla ha crecido como la espuma.
A inicios del año sólo se tomaban con seriedad las intenciones de Gabriel Biestro y de Claudia Rivera; sin embargo, quien le puso dinamita al tema fue el propio Alejandro Armenta cuando se destapó para suceder a Rivera Vivanco.
Aunque ya he explicado las razones por las cuales definitivamente yo no veo al senador pidiendo licencia en la Cámara Alta para venir a Puebla a desgastar su capital político y tratar de retener el Palacio Municipal, no podemos negar que Armenta Mier fue el primero que levantó la mano.
Le siguieron, de manera indirecta, la diputada Nora Yessica Merino Escamilla, afín al presidente del Congreso Gabriel Biestro; y la regidora María Rosa Márquez Cabrera, madre del secretario de Gobernación, David Méndez Márquez.
Estos cinco suspirantes, más los que se agreguen, deberán pasar por diversas aduanas como las famosas “encuestas”, que nadie nunca ha visto; el filtro de género que se asigne; y finalmente, el dedazo de “Ya Saben Quién”, porque ni crean que la democracia o la buena política son valores que importen o se respeten en esta 4T.
Así que si ve a cualquiera de estos cinco suspirantes con un “detente” o la estampita de AMLO no los interrumpa, seguramente le andan rezando para ganar su simpatía porque conociendo cómo se toman las decisiones en Morena, el candidato a la presidencia municipal por la capital de Puebla lo va a definir un dedito desde Palacio Nacional.