La directora Stefany González Pérez, además de que no ha podido con el cargo, de acuerdo a diversas quejas llegadas a esta columna, tiene como carta de presentación su salida del ayuntamiento de Cuautlancingo por actos de corrupción y problemas de alcoholismo.

Doña Stefany tiene sólo tres años de experiencia en las filas policiacas, pero son suficientes como para cometer error tras error, además de diversos actos de corrupción, como la protección al narcomenudeo.

Entre sus yerros se encuentra el haber formado un "Grupo Táctico", de la Policía Municipal por puros civiles, a quienes sin que tengan la capacitación necesaria les dieron armas de fuego a cargo, además de que tampoco tienen sus exámenes de confianza.

Se trata de un especie de guardias del pueblo, quienes de entrada están usurpando funciones porque no están dados de alta debidamente como policías municipales, además de que también al estar armados perpetran otro ilícito, el de portar armas sin licencia y otras felonías más.

Estos civiles disfrazados de policías, fueron quienes persiguieron y balacearon a un vecino de Coronango,​ quien tuvieron incluso que darle una buena indemnización para que no procediera en su contra, además de otros abusos y excesos en sus funciones.

Este mismo grupo, su jefa y otros servidores públicos más, son los que desde esta zona protegen a las mafias del narcomenudeo y del huachicol.

Pero eso no es todo, la directora de Seguridad Pública se trajo de Cuautlancingo a Barush Torres Zerón, quien también fue despedido porque le descubrieron que además de policía se dedicaba al robo de autopartes, negocio que comparte con sus tíos, este elemento es el encargado de cobrar rentas al crimen organizado desde los 2 mil pesos y hasta lo que se dejen.

La directora, de acuerdo a la serie de quejas que existen en su contra, tiene como pareja sentimental al oficial Luis Antonio Martínez Fernández, quien también está en la fila de los que reprobaron su examen de confianza, pero es parte de su grupo táctico.

Y lo que se cuenta.

Nos vemos cuando nos veamos.