Hasta hace un par de semanas, todo indicaba que a López Obrador le rendiría frutos el lucro político derivado de la aplicación de la vacuna Covid. Que la inoculación masiva de mayo le daría ese empujoncito que tanto necesitan los candidatos de Morena para ganar la mayor parte de los puestos de elección popular que se estarán jugando en México el próximo 6 de junio.
Sin embargo, dos escándalos han dado un giro a las encuestas: el presunto abuso sexual del diputado federal Saúl Huerta a menores, y el desplome de la línea 12 del Metro que causó 30 muertos.
Ambos sucesos, aunque se realizaron en la capital del país, golpean fuertemente en el ánimo del electorado nacional y local, que entiende que Morena jamás cumplió con ser un partido moral y que los famosos recortes presupuestales, acompañados de la corrupción que continúa, comienzan a cobrar vidas.
El austericidio que ya había dado sus primeras señales de alarma con la falta de medicamentos, las inundaciones (generadas) en Tabasco y hasta la tardanza en el combate a los incendios, tocó fondo cuando los vagones de la línea 12 se desplomaron y las imágenes de la tragedia circularon lo mismo en televisión abierta que en las redes sociales.
A nivel local, las y los candidatos de Va por México se pusieron las pilas e incluyeron en sus spots parte del audio ampliamente difundido donde Saúl Huerta ofrece dinero a la madre de la víctima para acallar el presunto abuso sexual.
Sin duda, la tragedia del Metro de la Ciudad de México y las acusaciones por violación equiparada contra el diputado por Morena, Saúl Huerta, serán dos factores que restarán muchas simpatías a los candidatos guindas.
A esos dos sucesos habrá que sumarle uno mucho más aldeano: las fracturas enormes que dejó la pésima administración de Morena, el opaco reparto de candidaturas y la nula operación cicatriz.
El voto de castigo en contra de los gobiernos lopezobradoristas, por militantes y ciudadanos de pie, ronda peligrosamente en Puebla.
Los berrinches de los expulsados
Que en Morena Puebla las candidaturas fueron un caos, ya lo sabíamos, que la entrega fue discrecional y bajo fuertes sospechas de corrupción, también. Lo que sí sorprende es que sea un diputado de la propia 4T quien ahora arremeta contra Morena.
En menos de tres minutos, Emilio Maurer acusó a los líderes de ser “una horda de mercaderes del poder y la ambición” y los acusó de “ni siquiera tener la hombría para encarar el caos en Morena”.
Además de insinuar que les han obligado a callar o alinearse en el Congreso, como diputados de Morena. Maurer también revivió el fantasma de la corrupción: “Yo no negocio candidaturas, ni me presto a su simulación... Les regreso mi candidatura, pero no mi lealtad, han corrompido un movimiento”.
Ahí están los saldos de no hacer bien las cosas desde el principio, de querer burlar la paridad de género obligada por la ley y de no saber hacer ni números, ni política.
Lo que es un hecho, es que en Morena comen prójimo todos los días cual caníbales. Ese es su menú.