Quiubo, banda intolerante. Una entrega más en las que este héroe de barrio les trae la información más certera del pancracio político de Puebla.

Así que agárrense porque me les vengo. 

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Mientras se andan descosiendo a madrazos entre todos los partidos y sus alimañas, digo políticos, los que más andan sudando la gota gorda son los poblanos de a pie.

Aunque la Netflix parece que no solamente los humildes como su servilleta la andan sufriendo sabroso. Agárrense que el chismecito está bueno.

Pos resulta que a su héroe de barrio le llegaron con una historia desde los pasillos de la Dirección de Vialidad Estatal, que Diosito tiene en su santa gloria después de que el góber le dio el tiro de gracia por quesque la corrupción.

Y es que, por órdenes del góber, a los 400 polis que chambeaban en Vialidad les cambiaron literalmente la placa pa’ ahora talachearle bajo el logo de la Secretaría de Seguridad Pública.

Lo que me contaron es que el personal de la extinta dependencia gubernamental ya denunció ante la Comisión de los Derechos Humanos por discriminación y trato bien pasado de lanza.

Según la versión, los expolis de Vialidad, que eran del interior del estado, los trajeron a la fuerza a la capital pa’ cubrir horarios de 6 días de chamba por 6 de descanso cuando por ley son 24 horas por 48 orejas de descanso.

Pero ahí no para la joyita de testimonio.

A los pobres oficiales no les están dando ni dónde sacarse los zapatos pa’ echar la meme y recargar las pilas. Tan jodida está la pinche situación, como se ve en la foto, que donde hacen base las ratas y ratones son el pan de cada día.

No les pichan tortas o chescos pa’ asustar al hambre como, según me contaron, sí se lo dan a los demás compañeros de la Dirección de Operaciones Policiales. Y de los uniformes mejor ni hablemos.

Con estas pinches condiciones que no se hagan los sorprendidos de por qué con un quinientón los maleantes tienen requete contentos a los polis. ¿O no?