Los primeros golpes que se han dado han sido de escritorio, para posicionarse en cargos públicos, luego de organizaciones, desde vendedores de comercio informal, hasta grupos de narcomenudistas o pandillas, incluso partidos políticos.

Se trata de los carteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se disputan la plaza de Puebla, una de las más caras del país y una de las más importantes por su ubicación geográfica.

En fechas recientes el Gobierno de Puebla, se sacudió de la presencia del CJNG, tras el despido masivo de Florencio Madariaga, Raciel López Salazar y toda su comitiva de “chiapanecos”, que llegaron a engañar con detenciones masivas de civiles a quienes cargaban de drogas y etiquetaban en bandas de malandros, en una supuesta cacería de delincuentes.

La realidad era otra, el grupo de “chiapanecos” estaba limpiando la plaza para el acomodo estratégico del CJNG, que de entrada ya ocupaba plazas como la de Acatzingo, Quecholac, Palmar de Bravo y otros municipios ubicados en la zona del Triángulo Rojo.

En Puebla la presencia de este cartel se vio a través de quienes fueron mandos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), que se fortalecieron reclutando a ex policías con antecedentes penales, que contaban con la capacitación policíaca y con la escuela del crimen, al haber estado presos y conocido desde delincuentes hasta sus formas de operar.

Estos mismos grupos policiales, además de la creación de un “Atlas delictivo” dudoso, tras detenciones al margen de la ley, también combatieron a quienes formaban parte del Cartel de Sinaloa, que se había acentuado de manera principal en las dos Cholulas, parte de Puebla y de otros municipios.

Actualmente con la salida de los mandos policíacos “chiapanecos”, corre el rumor de que la plaza de Puebla se va a calentar porque los de Jalisco están seguros de haber comprado la plaza y los segundos están tomando posiciones estratégicas.

Ante este hecho sale a relucir la presencia de Franco tiradores contratados para hacer frente a los grupos de Jalisco, que aún siguen reclamando derecho de piso.

Valquiria de chicharrones a drogas

Se llama Valquiria el centro nocturno instalado en Bulevar Forjadores, de la junta auxiliar de Santiago Momoxpan, en el municipio de San Pedro Cholula, donde lo clandestino es el pan de cada día.

Propiedad de Alejandra Morales Obregón, el antro, que antes se conocía como Normandía, opera fuera de toda legalidad.

Para poder demostrar que el negocio es un restaurante bar, el Valquirias, de día es un negocio de venta de carnitas de puerco, además de chicharrones y de noche las carnes son otras.

Es en este negocio donde la venta de drogas no sólo es una constante sino una necesidad, ante el cúmulo de deudas que adquirió la propietaria, tras la pandemia del coronavirus.

El negocio funciona sin sana distancia no medidas de seguridad para no contraer el Covid-19, lo que hace suponer que las autoridades municipales no han hecho su trabajo de vigilar el funcionamiento de estos negocios de giros negros.

Nos vemos cuando nos veamos