El pasado lunes, se llevó a cabo una especie de debate no oficial entre los candidatos a la presidencia municipal de San Andrés Cholula en una televisora local.

Pasó tan desapercibido para el grueso de la población, que ni siquiera la mayoría de los medios de comunicación llevaron el hecho.

Eso sí, los abanderados se la pasaron atacando a la aspirante a la reelección, Karina Pérez Popoca, como era de esperarse.

Criticaron que no asistió al mismo.

Pero es fácil de comprender su ausencia, ya que no había para qué desgastarse.

Y es que la candidata por Morena tiene por lo menos 15 puntos de ventaja, a 20 días de que se lleven a cabo las elecciones, según una encuesta publicada por BEAP.

Dicen que ante estos números, en los cuarteles de enfrente darán golpes de timón en sus campañas y se agudizarán los ataques y guerra sucia contra la puntera.

Y han empezado.

Aunque pareciera que ese arroz ya se coció, no se tirarán a la hamaca, sino al contrario seguirán con trabajo intenso para ajustar tuercas.

Tiempo al tiempo.

La candidata

Edurne Ochoa Ledesma, abanderada por el Partido Encuentro Solidario (PES) a regidora por el municipio de Puebla, dicen que quiere quedar bien con Dios y con el diablo, casi literal.

Luego de que logró la candidatura para la segunda regiduría por la presidencia municipal de Puebla, ya casi no se le ve en campaña al saberse segura para llegar al próximo Ayuntamiento, ganen o pierdan.

Esto ha generado molestia en el PES, donde auguran una traición una vez que llegue y deje entonces al partido, sobre todo por los ideales feministas que siempre ha presumido y que no son acordes con dicho instituto político.

Para Edurne no sería la primera vez que cambiaría de posición a conveniencia.

Y es que siempre se ha colgado la bandera de izquierda, pero como no le hicieron caso para ser candidata, se fue a la ultraderecha, como es considerado el PES. Algo de su pasado reciente:

1. Apoyó las campañas de Andrés Manuel López Obrador en Puebla.

2. Activista y creadora de la organización “33 Mujeres”, desde donde defiende el aborto y el matrimonio igualitario.

En una marcha en Puebla, se le culpó que gente de este grupo pintó inmuebles históricos, por lo que se tuvo que guardar un tiempo y dejó solas a sus mujeres.

De dicha asociación, sólo le quedaron tres seguidoras porque dicen que terminó incumpliendo con todas, ya que el proyecto era para apoyar sus programas que presentaron, donde se les apoyaría con la creación de marca e impulsar sus tareas.

Pero sólo quedó en un tema y jamás cumplió a las ganadoras, siempre por beneficio propio. Y no lo digo yo, lo dicen las mismas activistas.

3. Fue socia de Eukid Castañón y realizó la campaña de PSI, Compromiso Por Puebla y Partido Acción Nacional (PAN) cuando fue candidato Antonio Gali.

Al ser considerada exmorenovallista, fracasó en su paso por la Secretaría de Igualdad, donde demostraron al gobernador Miguel Barbosa que era una infiltrada más.

4. En esa época se le llenaba la boca en los pasillos diciendo que iban a destruir a Fernando Manzanilla y se dice que orquestó varias campañas sucias en contra del exmorenovallista y después morenista.

Todo porque para Eukid Castañón era el enemigo número uno a vencer.

Le juró lealtad eterna y ahora está con Manzanilla ¿Qué pensará el exmorenovallista ahora en prision?

5. También se peleó con Marcelo García Almaguer por obtener un lugar en el tema de despachos de la comunicación.

6. Cuando impulsó “33 Mujeres”, fue para buscar siempre proyectos personales.

¿Dónde están los proyectos aterrizados? ¿En qué las ha apoyado?

En la subsecretaría que estuvo pocos meses, terminó peleada hasta con la secretaria por sus temas de "reflectores".

7. ¿Sabrán que Edurne Ochoa maneja o manejaba las redes de la diputada Nora Merino Escamilla? ¿De qué lado está?

¿Paco Ramos sabrá que Edurne, en la campaña de Enrique Agüera a la alcaldía de Puebla, le hizo la vida de cuadritos a sus espaldas?

Todo porque Paquito quería vender un sistema de recopilación de datos que traía desde México con su exsuegra.

Ya de ideales, mejor no hablamos.