Al margen de que esta noche un equipo se declara como el firme vencedor y el otro le regatea el triunfo, lo cierto es que los verdaderos ganones somos los poblanos.

Y lo digo así porque por primera vez en la historia, unas elecciones intermedias lograron atrapar, persuadir y convencer a los ciudadanos de que era necesario salir a votar.

Ya fuera para refrendar su apoyo a la 4T o para exigir un cambio, los poblanos cumplimos con nuestro deber, pero también con nuestro derecho e hicimos de esta fiesta democrática, una votación copiosa.

A reserva de conocer el resto de los resultados, puedo afirmar que el voto de castigo, el que repudia las mentiras y la falta de trabajo, se hizo sentir y fuerte en la zona metropolitana, donde la alianza opositora se alzó con los triunfos más contundentes.

Se impone la multialianza

Al cierre de esta columna, Lalo Rivera tenía el triunfo en la bolsa, así lo confirman los 14 puntos que sacó de ventaja a su principal adversaria, la morenista Claudia Rivera, quien no logró reelegirse.

Tres diputaciones federales de las que se jugaban en la capital, también serán para los opositores, junto con Cholula, lo que permitirá que cuatro de las 15 demarcaciones se queden en manos de PRI-PAN-PRD.

En las locales, Morena perdió su hegemonía y aunque se espera que se alcé con el triunfo en 19 curules, la oposición tendrá 7, lo que claramente representa un mayor equilibrio que el de esta legislatura, donde la ola lopezobradorista colocó, lo mismo a impresentables que a ignorantes, en el Congreso local.

El PAN, el partido que llevaba mano en la coalición, también arrebató a Morena las alcaldías de San Andrés y San Pedro Cholula. El enojo llegó hasta Ocoyucan donde el final será de fotografía entre el PRI y Acción Nacional.

¿Quiénes pierden?

El mayor perdedor de esta elección es YSQ y vive en el Palacio Nacional y si no tiene claro de quién hablamos, le doy otra pista: un día sí y otro también, desde La Mañanera, se encarga de polarizar a un país, que ha demostrado, una vez más, que juntos somos más fuertes.

Perdió la dirigencia nacional y estatal de Morena quienes por sus imposiciones, falta de oficio político y cero negociaciones, terminaron perdiendo importantes espacios.

Claro está que la derrota también se personificó en Claudia Rivera y su grupo político, quienes estaban convencidos que la reelección sería suya y que todos los señalamientos que se les hacían iban con dolo. En su soberbia perdieron.

El otro lado de la moneda

Y como en todo, la cara contraria de los perdedores es la de Miguel Barbosa. Con la derrota de Morena en Puebla capital y el congreso local, el gobernador se libra de esa fracción de morenistas con la que jamás logró avanzar.

Aparentemente sin hacer nada, Barbosa Huerta, amalgama a una nueva clase política compuesta con diversos partidos.

Con su historial de buen tribuno, Barbosa sabrá hacer los amarres políticos necesarios para contar con una legislatura que abone en sus proyectos, a cambio de aprobar leyes que duermen desde hace años el sueño de los justos.

Por increíble que parezca, con una legislatura menos dominante, hará más y mejor política que con la aplastante mayoría de Morena.

Ironías y caprichos de nuestra política aldeana.